«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Estaba tomando cañas

25 de mayo de 2017

Sánchez pretende recuperar el electorado encantado por los cantos de sirena de Pablo Iglesias. Su objetivo, simular el populismo de la coalición morada para conseguir el regreso inmediato de dos millones de votantes. Según su equipo de campaña, radicalizar el discurso servirá para convencer directamente a los resentidos que castigaron un PSOE demasiado centralizado. La imagen de un partido socialista preocupado por convencer al votante de centro ya es historia rancia.

La obsesión del “nuevo” Pedro Sánchez es acabar con cualquier rastro de concordia con el centro-derecha español.

La líneas maestras de su plan de actuación serán:

– La plurinacionalidad, reflejada en un falso federalismo, cediendo a los chantajes soberanistas de vascos y catalanes.

– La renta básica universal, como sistema esencial de compra de votos de ciudadanos y ciudadanas, usando el lenguaje sanchista.

– El laicismo y la persecución a la Iglesia Católica, eje central de regreso al guerracivilismo del siglo pasado.

– La recuperación de una mayor intervenciónestatal sobre la economía, convirtiendo al neoliberalismo en enemigo del pueblo.

– Una reforma educativa, para volver a los “éxitos” de la LOGSE.

– El aborto y la eutanasia, como ejes del progresismo

– La creación de una banca pública, origen de la crisis económica más importante de la democracia española.

– El mayor acercamiento a la caspa que representan los sindicatos UGT y CCOO.

La apuesta puede salir bien o puede salir mal, muy mal. El elector socialista moderado puede acabar huyendo hacia Ciudadanos. La opción de Albert Rivera se presenta como una alternativa real y necesaria para quienes defienden un PSOE alejado del radicalismo.

 Pero la principal sangría puede llegar desde el seguidor más extremista de izquierdas. Para votar a una copia de Unidos Podemos, optará por elegir la opción fundamentalista que representa Pablo Iglesias.

La historia reciente de Europa demuestra que el juego consistente en radicalizar el socialismo finaliza en la firma del acta de defunción. Pronto lo comprobaremos. 

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