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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Kilómetro Cero

26 de mayo de 2017

La victoria de Pedro Sánchez el domingo pasado no abre ningún escenario nuevo en el panorama político español porque ni es nuevo el sujeto ni es nuevo su objeto, es decir, su discurso político. Parece que supone, eso sí, un retroceso en el camino andado en los últimos meses con el inicio de la legislatura y la superación del no es no. Es, en definitiva, una vuelta a la casilla de salida, al kilómetro cero.

¿Qué trascendencia puede tener su victoria y su vuelta a la Secretaria General? Con el riesgo que ello conlleva (he de reconocer que nunca creí en la victoria de Sánchez en las primarias después del “extraordinario legado político” que dejó tras de sí en su anterior etapa) me atrevo a aventurar que su vuelta a la Secretaría General va a tener menor relevancia de lo que pudiera parecer. Existe la posibilidad de que acabe de enterrar a su propio partido. Otra elección más podría obrar tan difícil empresa. Existe igualmente el riesgo de que desestabilice la legislatura con una oposición radicalizada y próxima a Podemos.

Pero, si vuelve al kilómetro cero, es decir, al punto donde lo dejó, no habrá aprendido nada, seguirá siendo el mismo cadáver político que los barones enterraron en el famoso Comité Federal de octubre de 2016 y le volverán a enterrar. Si continúa en la senda de podemizar al partido socialista, en efecto, existen posibilidades de que lo convierta en otro cadáver, a su imagen y semejanza. Si persevera en el no es no y obstaculiza cualquier acción de Gobierno dificultará enormemente la legislatura y conseguirá probablemente un acortamiento de la misma. Sin embargo, tanto el partido socialista como España están muy por encima de Pedro Sánchez.

Si hace lo primero, podemizar al PSOE, volverán las oscuras golondrinas del aparato y le cortarán las alas por segunda vez. Si hace lo segundo, que está relacionado con lo primero, obstaculizar la legislatura junto con Podemos para suicidarse otra vez en las urnas, volverá a cosechar sus “históricos resultados” y, de nuevo, las oscuras golondrinas acecharán su cabeza. Es decir, si vuelve al kilómetro cero seguirá siendo incómodo, pero un nasciturus político, al fin y al cabo.

¿Existen posibilidades de que cambie su discurso político o su estilo de dirección? Escasas, por lo que hemos visto desde el domingo. Su victoria en las primarias frente a Susana Díaz la interpreta como un respaldo de las bases a su oposición radical al PP y a su apuesta por un partido socialista de base asamblearia, podemizado. Dicha interpretación, lejos de ser descabellada, es muy acertada. ¿Quién es Pedro Sánchez para negar la ocasión pintiparada que le han brindado sus bases para el entierro de su partido?

Tiene ante sí un panorama sombrío y no parece que haya aprendido de la experiencia previa. Las purgas internas que se avecinan, lejos de ayudar a su causa, aumentarán las profundas heridas abiertas. Próxima batalla: Congreso Federal (16, 17 y 18 de junio). Sostenella y no enmendalla.En el kilómetro cero empezó todo. La fascinación de Pedro Sánchez por ponerse al frente de la manifestación y recoger electoralmente el legado de la Puerta del Sol que asume como propio Podemos y del que dicho partido se ha servido en vano no le llevará a la Moncloa.

Le llevará más bien al callejón sin salida en el que se metió él mismo y su partido y le hará ver pasar de cerca o de lleno la guillotina de nuevo. Si no cambia su discurso político y su estilo de dirección no parece que sea este el Secretario General que aporte al PSOE la fuerza interna y el nutriente electoral necesario para salir de la situación complicada en que se encuentra. El PSOE y España necesitan otro discurso político y un liderazgo diferente para afrontar los retos que tienen delante. Sánchez I, lejos de ser válido para solventar los dos retos más importantes a los que se enfrenta España en la actualidad (populismo e independentismo) avivó el fuego de ambos problemas haciendo coquetear al PSOE con Podemos y los partidos independentistas para llegar a la Moncloa a cualquier precio en contra del criterio de las urnas. ¿Actuará igual Sánchez II? No volvamos al kilómetro cero.

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