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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El euro y el juego de suma cero

28 de noviembre de 2016

Una de las opiniones mas sostenidas sobre la contruccion europea tienen su origen en su padres fundador ,Jean Monnet  : «Europa avanza en las crisis » .Es dificil ser mas optimista y positivo,  y mirando hacia atras, a los años 50 del pasado siglo , hasta los mas euroescepticos reconoceran que el proceso de union europea ha sido un exito. Ademas todo ha sucedido con la sensacion generalizada de que todos los paises eran ganadores . La integracion economica , social , comercial y politica producia mas que la simple adicion de los paises por separado . Es decir un ejemplo del  internacionalismo ,que en todos los ámbitos  , sucedio a la II Guerra Mundial . Un ejemplo pero no el unico . Los paises emergentes tanbien aceptaron esta teoria sobre el crecimiento  por la integracion. Hasta los paises comunistas, la gran teoria politica  internacional del siglo XX  , lo intentaron a su manera , aunque su fracaso economico  y social acabo frustrando el proyecto comunista . Alianzas militares , comerciales , regionales  florecieron en todos los continentes , en cierto sentido siguiendo al ejemplo de lo que sucedía en Europa.

Segun el año 2016 se acerca a su fin se va asentando una nueva teoría , basada en la creencia de que las sumas  entre países siempre dan cero : lo que gana uno ,otro lo tiene que perder. A la luz de esta creencia podemos entender el Brexit , la presidencia  de Trump y la posicion geopolitica de Putin . Seguramente muchas de las cosas que pueden pasar en el proximo futuro tienen que ver con esta vision, no nueva pero que se creía superada .Parte de la manera de resolver la crisis del euro desde 2010 se explica por la creencia de los paises acreedores dentro del euro que poco  tenian que ganar  resolviendo los problemas de los deudores  o por lo menos dandoles tiempo para hacerlo .  La incapacidad de hacer frente al problema de la inmigracion , integrandolo en una politica sobre el envejecimiento indica que ya no se cree en que los cambios sean para mejor . Y son los paises más ricos los que primero están abrazando la desconfianza hacia la integración .

 Incluso ahora la necesidad de dotar al euro de los instrumentos, que asegurarian su supervivencia en un mundo mucho menos internacionalista , se rechaza . Asi la union bancaria esta estancada y una politica presupuestaria comun  esta tan lejana como siempre , incluso la politica comercial se ha nacionalizado al exigir los alemanes que los parlamentos nacionales ratifiquen los tratados firmados por la UE. Nos guste o no la zona euro tiene un crecimiento bajo , con poca inflacion , problemas bancarios aun en varios paises, altos niveles de deuda , aversion a los estimulos fiscales  pero con el BCE ya casi sin mas  capacidad ,  en este contexto la negativa a profundizar su estructura deja a la zona probremente preparada para  absorber un cambio de ciclo.

El intento de la presidencia norteamericana de Donald Trump de alargar el ciclo heredado de Barak Obama no evitará que el ciclo  , que comenzó en EE.UU en el 2009 , finalice . La posibilidad de la zona euro de tener un ciclo distinto del norteamericano no es algo seguro ni mucho menos . Al principio un dólar fuerte y una economía norteamericana boyante pueden ser positivos para una zona euro con superávit exterior  del 2,5% , como pueden serlo para otras zonas del mundo . Aquí se encuentra una de las contradicciones de Trump : EE.UU tiene déficits comerciales ininterrumpidos desde 1975 , no tanto porque sus socios comerciales tengan monedas depreciadas sino porque  su tasa de ahorro doméstica es escasa . Trump no plantea una política de más ahorro sino  de más gasto y de medidas proteccionistas , que está por ver hasta dónde podrá desarrollar . Su abandono del tratado de libre comercio del Pacífico , va a ser la primera prueba y no pequeña .

El calendario político de la zona euro no es alentador para la mayor integración , sino al contrario . El deseo de un mayor control nacional de las políticas está ya reduciendo el papel de la Comisión Europea , que se ha convertido en sinónimo de una  poderosa burocracia distante e incontrolada . Este nuevo entorno ,creyente de que poco hay que ganar con las integraciones,  es especialmente relevante para los paises periféricos del euro . La integración actual económica , política e institucional es posible que no se reduzca , salvo un gran cambio político en Francia o en Italia , pero tampoco avanzará  Hay lo que hay . Estamos en tiempos de introspección  y habrá que apoyarse en las fuerzas internas . 

Aquí Alemania tiene un papel preponderante . Con un superávit exterior del 9% , el mayor del mundo , tiene ahorro interno suficiente para dinamizar su demanda interna . Pero no quiere . Al revés , busca que todos los paises euro vayan hacia el mismo modelo de ahorro y exportación . Una vez más en Alemania el peso del pasado es determinante : la humillación al principio del euro de ser » el enfermo de la zona » al no poder reducir su déficit público llevó a Alemania a prohibir  los en su Constitución . Mal modelo para los tiempos que vienen.

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