«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

No se fue a Yuste

5 de junio de 2015

Hace un año el Rey emprendió el camino de Yuste para tratar de impedir que España se acostase mornárquica y se levantase republicana, fiando en su heredero que la diana del 14 de abril, que ya suena en la calle y en las instituciones en las que vivaquean la izquierda y los separatistas, no gallease más alto que la retórica y la nostalgia de la tricolor. Un año después no ha aparecido por Yuste, donde el Emperador le aguarda con el catón de la Monarquía Hispana.

El Rey abdicó porque la pérdida de prestigio de la Corona tiene los mismos grados de inclinación que la rampa que conduce a los Juzgados de Palma de Mallorca, en los que late el sumario de la corrupción íntima y doméstica que nació de la voluntad de convertir un vínculo familiar regio en un negocio  cuyos beneficios han arrojado una pátina de mugre, sospecha y duda sobre los oropeles de la Corona, y de la ya malherida y cojitranca independencia del Poder Judicial. Hoy, sobre un paisaje colonizado por la pobreza y el paro en el que sí se pone el sol pero los manteles no, la memoria colectiva de los españoles sobre la Monarquía se evoca con un apellido: Urdangarín, que como una guirnalda de lodo ensucia, para los españoles a los que la Transición y el 23-F les suenan  tan lejanas como la lista de los Reyes Godos, el presente y el futuro de la institución que ha vertebrado España desde Covadonga a la Zarzuela.

El Rey abdicó porque la amenaza separatista ha salido de los sótanos y de los zulos de la Historia y ha sentado plaza parlamentaria para acabar con la Patria que es la única razón de ser de la Corona. Las urnas de septiembre esperan en la Rambla de Barcelona sin más respuesta a la amenaza separatista que los balances económicos, el debe y el haber que reduce a la usura y al rencor el debate sobre el futuro de España. El Rey emprendió el camino de Yuste antes de que la izquierda y los separatistas le asfalten la carretera de Cartagena para tratar de impedir que España recorra el camino de los Balcanes, osario de la penúltima nación europea que dejó de serlo. Un año después, el Rey no ha aparecido por Yuste y Cataluña está más cerca de Kosovo que de la Zarzuela.

     

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