«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La fianza

15 de marzo de 2014

Como casi siempre que un exalto cargo socialista es requerido por los tribunales de Justicia, sus conmilitones salen en tromba en su defensa apelando a presuntas ‘campañas orquestadas’ o a ‘persecuciones políticas’ para justificar lo injustificable. Que uno de los suyos se lo ha llevado ‘calentito’. O no, pero eso será una tela que tenga que cortar el tribunal encargado de juzgarle y nadie más. La historia reciente de España está llena de socialistas que, tras su paso por la administración pública, o durante el mismo, han apandado la pasta y se han ido de rositas… algunos. Otros han terminado con sus huesos en una fría celda.

La última a la que un juez le ha puesto el foco es la recordada y nunca bien ponderada exministra de Fomento, Magdalena Álvarez. La misma que dijo en sede parlamentaria que habría que colgar a Esperanza Aguirre de una catenaria y que tantas tardes de gloria nos dió. Maleni, que terminó –de momento- sus días laborales llevándose una pasta gansa como vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones (qué ‘money management’ hará ésta mujer por Dios…) está imputada porque una juez savillana, la infatigable Mercedes Alaya, la sitúa en el vértice de la pirámide ‘intelectual’ que diseñó todo un sistema concebido para detraer recursos de la administración pública andaluza –más de mil millones de euros estima la juez- que debían haber ido destinados a parados y otras gentes a los que el ‘zapaterismo’ y el ‘chavismo’ andaluz hundieron en la miseria y que terminaron en buena parte –según parece- en los bolsillos de varias decenas de golfos. Alaya viene a presuponer, por decirlo en plata, que la gran Maleni, mientras transitó por la consejería de hacienda andaluza, vino a ser, ni más ni menos, que la ‘X’ de los ERE falsos… y de momento le ha calzado una fianza de las que quitan el hipo: casi 30 millones de euros lo cual, a cualquier mortal como usted y yo les hundiría la vida… y a ella también, por mucho que gane 23 mil euros de vellón al mes en el citado BEI. 

Salen y no paran dirigentes socialistas hasta debajo de las piedras gritando al viento que se trata de una fianza desproporcionada. El aforado Chaves al que le está librando tan sólo el hecho de que Mercedes Alaya no quiera –todavía- que el Supremo le afane el sumario, dice que los movimientos de la juez siempre coinciden en el tiempo con acontecimientos políticos relevantes, en éste caso la cita electoral europea del 25 de mayo. Tu sigue Manolo… sigue haciendo amigos y cabreando a la magistrada… Del comunista Valderas que, desde que toca pelo (de moqueta oficial), ha cambiado la pana por la sastrería fina les hablaré otro día, porque ese merece columna aparte. 

Habría que explicar que las fianzas, contrariamente a lo que mucha gente cree, no se imponen ni se calculan en función de lo más o menos ‘malo’ crea el juez que es alguien… ni de lo más o menos culpable que se estime que pueda haber sido. La fianzas se calculan en función, en éste caso, de la cantidad de dinero presuntamente detraída de las arcas públicas. Y ocurre que estamos, por su volumen, ante el escándalo más grande de la historia de la democracia española… más de mil millones… maréense y recuerden la que le quisieron montar a Francisco Camps por tres trajes.

O que a Luis Bárcenas, por 41 millones en Suiza (que no lo eran porque conviene no confundir un volumen de dinero presuntamente ‘movido’ con un saldo real, como bien sabe cualquiera que tenga cierto conocimiento de cómo funciona el mercado) le quieren colgar también… de la catenaria o de donde sea… de momento ya han tenido que ingresarle varias veces por presuntas intoxicaciones, lo que hace que a cualquier persona decente le recorra un escalofrío por la medula espinal…

Que no se preopcupe Maleni, que a ella nunca le va a ocurrir nada parecido -aunque ella quisiera colgar a una adversaria política-. Simplemente acabará siendo juzgada por un tribunal, como cualquier otro ciudadano. Y tendrá las garantías habituales en estos casos. Que no le quepa duda.

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