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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Socio-Director de Eurogroup Human Resources.Orgulloso de colaborar con Intereconomía desde abril de 2012."""
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¿Se equivoca Ciudadanos con su estrategia de ‘candidatos exprés’?

24 de abril de 2015

Muchos españoles llevamos defendiendo hace tiempo la necesidad imperiosa que tiene la sociedad de nuestro país de apostar por la denominada “tercera vía” política al objeto de noquear al antidemocrático bipartidismo. 

En relación con lo anterior, VOX, Ciudadanos y UPyD, los tres partidos llamados, en principio, a regenerar la política en España, tienen la responsabilidad y, a la vez, la obligación de representar una alternativa democrática a la corrupción de la rancia y anquilosada partitocracia. Y, de entre los citados partidos, las encuestas muestran que únicamente Ciudadanos está consiguiendo posicionarse en relación a la intención de voto de los españoles. 

En este sentido y en virtud de este posicionamiento, Ciudadanos se ha transformado en un partido ambicioso que actualmente aspira, sino a gobernar  España, que podría ser factible también, al menos a configurarse como un socio necesario para formar gobierno, tanto a nivel municipal y regional como en clave nacional.    

Tanto es así, que el apoyo de la ciudadanía se trasladó de las encuestas a la realidad electoral en las pasadas elecciones andaluzas y, en virtud de ello, Ciudadanos logró en las mismas un resultado espectacular. 

No obstante, la estrategia corporativa que ha puesto en funcionamiento Ciudadanos al objeto de concurrir a las próximas elecciones municipales y autonómicas es completamente desacertada. Pero, sobre todo, la esencia de la misma contradice el mensaje relativo a la regeneración democrática que predica institucionalmente este partido. 

La referida estrategia electoral persigue un objetivo fundamental, y este no es otro que presentarse al mayor número posible de municipios y prácticamente a todas las comunidades autónomas. Y para lograr tal fin, Ciudadanos ha confeccionado numerosísimas listas electorales integradas por “candidatos express”.

Al respecto, el problema más importante radica en que Ciudadanos, debido tanto a la escasez de tiempo como a la ausencia de infraestructura, no ha colocado ningún filtro ni desarrollado “proceso de selección” alguno para proceder a la confección de las citadas listas. (Multitud de primarias se han realizado entre estos candidatos express). 

Y, en consecuencia, un altísimo porcentaje de los candidatos que este partido presentará en las elecciones municipales y autonómicas poseen un perfil bajísimo, tanto en relación a la cualificación y experiencia profesional-gerencial como en lo relativo al aspecto formativo. 

Por no hablar de los políticos procedentes de la casta bipartidista que están “recolocándose” (o ya se han recolocado) en Ciudadanos.      

Pero, sin duda, esta estrategia que está llevando a cabo Ciudadanos repercutirá negativamente tanto en la calidad democrática como en los servicios y prestaciones que recibirán los ciudadanos en el caso que los mencionados candidatos express consigan el poder en los municipios y regiones en los que se presentan. 

Porque no debemos olvidar que uno de los fundamentos de la regeneración democrática, y evidentemente también de la lucha contra la corrupción, se basa en la calidad a todos los niveles que deben atesorar los ciudadanos que  accedan a la política, debido a que los mismos pueden convertirse en futuros gestores del dinero público. 

Sin embargo, Ciudadanos, en aras de conseguir el poder cuanto antes, y supuestamente respaldado por las encuestas favorables, ha escogido la peor de las opciones. Puesto que las estrategias diseñadas para conseguir objetivos a corto plazo son siempre muy peligrosas. Y, si este partido consiguiera el próximo 24 de mayo una importante cuota de poder, contradictoriamente, dispondrá de escasos equipos de gestión competentes para gobernar con garantías las ciudades y las regiones españolas en las que consigan representación. (Con la excepción de Cataluña, autonomía en la que Ciudadanos lleva trabajando más de 10 años y en la que esta formación ha acreditado una relevante solvencia).  

Desgraciadamente, Ciudadanos ha desechado la otra posibilidad, que consistía en esperar tranquilamente el desmoronamiento, vía corrupción institucionalizada, del PP y del PSOE. (Estos dos partidos, que están podridos por la corrupción, deberían refundarse, y expulsar a todas las generaciones de políticos corruptos y herederos de la Transición, o desparecer).  Conociendo, además, que los expropiadores neocomunistas de Podemos, la filial político-financiera de Maduro en España, están bajando progresivamente en intención de voto. 

Y, mientras sus enemigos políticos fueran cayendo, sin prisa pero sin pausa, el partido naranja habría podido captar capital humano de alto valor para, de esta forma, poder conformar equipos gestores de primer nivel que pudieran gobernar, exitosamente y en un futuro, municipios, autonomías e, incluso, España. Sin duda, esta otra estrategia, que no ha valorado Ciudadanos, requiere grandes dosis de paciencia y tiene un desarrollo a más largo plazo, pero es la que necesita España y los españoles.   

Los partidos políticos se han convertido en la agencia de colocación de lo “peor de la sociedad” (con honrosas excepciones), y Ciudadanos no puede contribuir a deteriorar más aún esta tendencia político-económica y laboral y, por consiguiente, debería haber intentado revertir esta situación. Apoyar a los partidos regeneradores, en este caso, a Ciudadanos, conlleva también denunciar determinadas estrategias o actuaciones, más propias de la vieja política que de una política nueva y regeneradora.

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