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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Socio-Director de Eurogroup Human Resources.Orgulloso de colaborar con Intereconomía desde abril de 2012."""
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España 2014 ¿como Venezuela 1998?

25 de octubre de 2014

La llegada de Hugo Chávez el 2 de febrero de 1999 a la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela se produjo como consecuencia de la interconexión de una serie de circunstancias relacionadas con la corrupción política, la fragmentación social y el deterioro de la economía. Porque las mismas, provocaron el desgaste del sistema imperante y la pauperización de la población venezolana.

El “salvador” Chávez llegó al poder representando a los sectores marginados de la sociedad venezolana, reprimida y empobrecida en su mayor parte por culpa de un entorno marcado por la desigualdad y la injusticia social. 

El proyecto político-económico del Comandante Chávez, basado en la revolución bolivariana y definido como “El Socialismo del SXXI”, fue retomado, a la muerte del citado dictador, por su pupilo Nicolás Maduro en abril de 2013. Maduro pudo acceder a la presidencia de Venezuela de una manera anticonstitucional, según la opinión de determinados sectores sociales y judiciales de este país.   

Pero en Venezuela, el remedio ha resultado peor que la enfermedad.

Debido a que, actualmente y después de 15 años de “chavismo” y “madurismo”, Venezuela es la viva imagen de la corrupción institucionalizada, la pobreza, la represión estatal y armada (vía asesinatos políticos), la injusta redistribución de la riqueza, la politización de la Administración… Y es una de las economías más intervenidas y, por tanto, con menos libertad del mundo.

España, salvando las enormes distancias existentes entre estos dos países, se encuentra en la actualidad en una situación político-social e, incluso, económica similar a la que vivió esta república sudamericana en los últimos años del mandato de Rafael Caldera.

Y nuestro país, en relación a próximas elecciones generales de 2015 y al igual que le ocurrió a Venezuela en las elecciones presidenciales del 6 de diciembre de 1998, también cuenta con un partido de perfil revolucionario, radical y ultra izquierdista denominado Podemos.

Demasiados paralelismos.

¿Sustituirá el candidato que finalmente elijan los afiliados de Podemos a Rajoy, del mismo modo que Hugo Chávez relevó a Caldera?

Recordemos que en una etapa anterior, “el gorila rojo” (ídolo de los militantes de Podemos) estuvo encarcelado por cometer el frustrado golpe de Estado de 1992 contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez.

¿Qué sucederá en España, tanto en cuanto nuestro país tiene, además de un sistema carcomido por la corrupción, amenazas secesionistas, macroeconómicas, políticas, sociales, etc., peligrosísimas?

Esperemos que no suceda ningún acontecimiento que pueda reproducir etapas nefastas de la historia de España. Pero en el supuesto caso que en nuestro país la corrupción política siga campando a sus anchas y sin recibir castigo alguno, cualquier escenario es posible.

Los atentados del 11-M-2004 se planificaron para impedir que el PP ganara las elecciones. Y sobre todo, al objeto de construir e instaurar en España un sistema político-económico y un modelo social acorde a los intereses de determinados “grupos de interés”.     

¿Podría organizarse alguna acción parecida al 11-M, en esta ocasión, para impedir que Podemos, o un nuevo Frente Popular, pudiera gobernar o modelar un futuro gobierno en España? En la actualidad y en España, las “élites extractivas” no permitirán que el mantenimiento de sus espurios intereses pueda verse amenazado.       

La recuperación económica, en la que se basa el falso discurso del Gobierno, no es factible mientras se mantenga nuestro sistema económico-político clientelar y parasitario actual.

Las turbulencias económicas procedentes de la eurozona y el ínfimo crecimiento global afectan directa y negativamente a nuestra economía. Pero el  origen (y también la solución) del particular problema económico de España es interno y radica en nuestro sistema político corrupto.

Puesto que la élite financiera, al objeto de seguir enriqueciéndose, y su socio, la casta político-sindical, para mantener sus inmerecidos e inmorales privilegios, tienen intervenida y, por ende, atorada nuestra economía. A través de la peligrosa conexión entre la política y la economía, que ha sumido a nuestra Administración en un pozo de corrupción, deuda y déficit.

A los españoles que se encuentran en la cara oscura del sistema solo les espera el desempleo y la miseria. ¿Estamos igual que Venezuela en 1998?

 

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