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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Socio-Director de Eurogroup Human Resources.Orgulloso de colaborar con Intereconomía desde abril de 2012."""
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El modelo sociopolítico y económico del ‘Frente Popular Independentista’

8 de febrero de 2016

El vandálico modelo sociopolítico y económico que Podemos desea implantar en España no es original, ni tan siquiera lleva la marca podemita, porque el proyecto inicial fue diseñado por el  PSOE de Zapatero el 11-M de 2004, justamente, el día de los atentados terroristas de Atocha.

En realidad, habría que retrotraerse a la Rusia de Stalin y, concretamente, a finales de la década de los 20 del siglo pasado para conocer el origen marxista-leninista del mismo. Aunque, también existe una versión actualizada, que no es otra que el “Socialismo del SXXI” instaurado en la Venezuela chavista.     

No obstante, este desfasado arquetipo no hubiera podido asentarse en España sino fuera porque a tal efecto han confluido varios factores, tales como, la implementación de la LOGSE, el afín posicionamiento de determinados grupos de comunicación y la pusilanimidad del Partido Popular durante esta última legislatura. 

De cualquier modo, se trata de un sistema abocado a la autodestrucción, puesto que el mismo engloba todas las contradicciones de la ultraizquierda, que solo responden a criterios ideológicos y cuyos protagonistas son el odio, la envidia y el rencor.

Pero sea como fuere, y en el supuesto caso que nuestro querido país sea finalmente desgobernado por una perdedora coalición de izquierdas, integrada por el PSOE, Podemos y determinadas formaciones separatistas (Frente Popular Independentista), retrocederemos en el tiempo para reencontrarnos con “una España en blanco y negro”.

Una España adoctrinada, liberticida, cruel, melancólica, mísera, zafia, analfabeta, sin valores, carente de principios…

Una España en la que vivirán mejor los vagos que los hacendosos, serán mejor tratados los etarras y delincuentes que las personas de bien y de orden, se promocionará a los adeptos a la causa comunista, a la vez que se marginará a la meritocracia…

Una España en la que la familia, la moral y la ética se sustituirán por la  “ideología de género” y el Estado.

Una España en la que se perseguirá el cristianismo y, paralelamente, determinadas religiones extranjeras, contrarias a la democracia y los valores occidentales, serán promocionadas.  

Una España en la que se subvencionará el aborto, que no es más que un asesinato legal de criaturas inocentes. Mientras que, contradictoriamente y con la falsa excusa de proteger la vida de los animales, se fomentarán políticas contrarias a la tauromaquia y la caza. Aún, conociendo que  la extinción tanto del toro de lidia como de determinadas especies cinegéticas estaría garantizada si se legisla en contra de estas actividades potenciadoras de la economía rural y creadoras de cientos de miles de puestos de trabajo.    

Una España en la que aumentará el nivel de politización de la justicia,  de corrupción política, de intervencionismo estatal, de nepotismo y enchufismo en la administración… Y en la que se pisoteará la libertad económica, la propiedad privada, la iniciativa empresarial…

Una España que subvencionará a sectores improductivos, para ello acribillará a impuestos a los autónomos y a las pymes, los verdaderos generadores de riqueza y empleo no subvencionado.

Una España que, independientemente de las directrices marcadas por Bruselas, no cumplirá los objetivos de déficit ni reducirá la deuda, puesto que la izquierda nunca ha gestionado responsablemente las finanzas públicas. Y tampoco continuará el ritmo actual de crecimiento de empleo, máxime y tanto en cuanto el Frente Popular tiene intención de abolir la reforma laboral.

Una España en la que aumentará la desigualdad, sin embargo, la nueva  aristocracia podemita (financiada por Irán y Venezuela) se situará en lo más alto de la pirámide socioeconómica a través de la adquisición de unos privilegios que antes aborrecía.

Una España en la que nuestra económicamente insostenible Administración paralela engordará todavía más para acomodar a “la castuza del nuevo régimen”.

Una España en la que se harán concesiones a las formaciones independentistas para que puedan romper nuestro país por Cataluña, Vascongadas…

Una España en la que la libertad de prensa será una quimera y, por ende,  los medios de comunicación contrarios al podemismo serán silenciados.

En definitiva, una España que volverá a dividirse nuevamente y de la que renacerán las cainitas “dos Españas”, gracias al resurgimiento de un sentimiento marcado por el enfrentamiento, que estaba prácticamente marchito pero que ha resucitado tras la reaparición de esta ultraizquierda resentida, revanchista, malévola, rabiosa…. 

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