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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
Socio-Director de Eurogroup Human Resources.Orgulloso de colaborar con Intereconomía desde abril de 2012."""
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El parasitismo político-sindical como estilo de vida

23 de julio de 2014

El concepto de “Educación financiera” está relacionado con el aprendizaje  respecto a la gestión eficiente de las finanzas. El dominio de esta disciplina puede conducir a un individuo a la independencia y la libertad tanto en términos financieros como en otros ámbitos.

Robert Kiyosaki, autor de varios libros especializados en esta materia, recomienda incluir esta enseñanza en los sistemas educativos de todos los países para que los niños aprendan a llevar las riendas financieras de sus vidas.         

A efectos prácticos, la educación financiera sirve para no caer en la  trampa diseñada por el sistema con el objetivo de controlar a los ciudadanos a nivel económico, político, social, laboral, etc.

De hecho, sin conocimientos financieros sólidos, un ciudadano medio y activo laboralmente deberá permanecer atado a un trabajo asalariado, en multitud de casos no motivante ni profesionalmente atractivo, al objeto de poder pagar la hipoteca, el coche, la tarjeta de crédito…  

El círculo vicioso en el que quedan atrapados los ciudadanos es de por vida, puesto que a medida que la retribución salarial se incremente, de  modo proporcional, los gastos y las deudas también irán in crescendo.     

Salir de esta encrucijada y conseguir la independencia económica y profesional es posible emprendiendo un negocio propio. Pero en España, este camino está cortado. Porque el emprendimiento en nuestro país se ha convertido en una cuestión de supervivencia o una alternativa al desempleo. Con excepciones.

Nuestros políticos, y en virtud de una recuperación económica que no termina de consolidarse, han animado a lanzarse al mundo de los negocios a “emprendedores con vocación de necesidad”. Muchos de ellos, sin conocimientos financieros ni de gestión empresarial, han capitalizado el paro, se han endeudado o han utilizado sus ahorros para emprender.

El resultado no es otro que el concurso empresarial y la ruina del emprendedor. La mayoría de los nuevos negocios creados en España acaba hundiéndose en un mar de burocracia y debido a la escasez de libertad económica.

Pero estos emprendedores están sirviendo de conejillos de indias para  sostener, vía impuestos abusivos, a nuestro insostenible sistema político (y económico). El Estado, y su macro estructura, es el parásito más dañino  para los emprendedores.

Al margen de lo anterior y en relación con la actualidad, los españoles deberían hacerse algunas preguntas respecto al parasitismo de la casta político-sindical y bancaria.

¿Cuáles son los criterios de justicia social que argumentará el Gobierno tanto en cuanto está preparando una batería de recortes para los ciudadanos, supuestamente para cuadrar el déficit de las CC.AA., sin apenas reducir el gasto público-político improductivo en las mismas?

¿Por qué tenemos que tapar los ciudadanos el agujero de 12.000 millones de euros que deja Catalunya Banc (vendido recientemente al BBVA)?

¿Debe salvar Google, mediante la famosa tasa o canon AEDE, a los editores de prensa españoles?

¿Cómo es posible que, después del fraude relativo a los cursos de formación y los ERE, la Junta de Andalucía y el Gobierno sigan concediendo subvenciones a UGT y CC.OO.?

¿El resto de España debe financiar el independentismo catalán, a través del FLA, mientras la Generalitat continúa subvencionando a los medios independentistas y protegiendo la corrupción de la familia Puyol?

¿Cómo puede apoyar el PSOE el federalismo asimétrico, considerando que implantar este pseudo modelo de Estado significaría potenciar el independentismo e incrementar la desigualdad respecto al sistema de financiación autonómico y las balanzas fiscales de las CC.AA.?

En España viven 3 millones de niños que tienen problemas para alimentarse. Las subvenciones y ayudas deberían destinarse a ellos. 

 

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