«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

II Crónica Viajera: “Roadtrip” por el Centro de México: 2ªEtapa, Parte Uno: Cruzando las selvas de Jalisco y conociendo Guadalajara.

De vuelta a la actividad narrativa tras una serie de viajes-entre ellos el que vamos a describir en estas tres etapas-, nos disponemos a adentrarnos en el México auténtico, en esta Segunda Crónica Viajera, en El Viajero Incansable.

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Pintada del revolucionario Movimiento Antorchista en la aldea de Chacala. Las poblaciones rurales mexicanas parece ser que se juntan dentro de movimientos ideológicos para luchar por sus derechos ante la pasividad de los despachos del Distrito Federal.

Queridos lectores:

Empezamos Nuevo Año 2015 con nueva etapa por el continente americano, en este caso, por la selva de Jalisco y las zonas más conflictivas de esta región mexicana, antes de entrar en la región de la Huasteca Potosina. Vamos a ello;

Día Cuatro. Entre ríos y selvas, fajitas y haciendas: Tras los pasos de los últimos huracanes, adentrándonos en las Comunidades más apartadas de Jalisco.

 

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Desayuno a orillas del mar en nuestro hotel: Fajitas, carne de res, «jugos»… Nos espera un día interesante.

Amanece en el Dolphin Cove Inn. “Pavo” se ha ido a Guadalajara por la autovía porque tiene reuniones. Jesús y yo nos quedamos durmiendo un poco más porque vamos a estar de viaje de vuelta todo el día, yendo a ver saltos de agua donde la sociedad que tienen mis amigos emprendedores va a montar pequeñas hidroeléctricas por la zona selvática del Oeste de Jalisco. Nos espera un día, por tanto, muy intenso, y muy nuevo para mí; voy a ver el México real como nunca me había imaginado que sería, el México rural que vive como el restante 80% de la población mexicana.

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Nos adentramos en la selva por unos caminos que tampoco están tan mal. El avance es lento, pero los paisajes no tienen desperdicio alguno.

El fantástico servicio del Dolphin Cove nos sirve unas fajitas de res con muchas tortillas de maíz y unos “jugos”. Jesús y yo repasamos el plan del día con los mapas y veo que vamos a adentrarnos bastante en territorio inhóspito. Me cuenta sobre los cocodrilos que se escapan de los manglares y se meten en el mar, como riéndose de mí. En junio cazaron tres bichos que merodeaban por la playa. Como para chapotear tranquilo…

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Simpática escena recorriendo Este hacia la selva desde Manzanillo.

Hacemos el Check-Out de nuestro fantástico Aparthotel de pensionistas y nos dirigimos a la CFE (Confederación Federal de la Energía) a averiguar cierta información sobre una presa, llamada El Naranjo. Nos atienden dos ingenieros muy amables y nos facilitan la información. Hay que estar serio en la reunión y queramos o no, la presencia de un español le da un pelín de caché a la conversación, aunque el españolito apenas intervenga. Salimos pues, con unos contactos nuevos para el ambicioso proyecto de negocio de mis amigos y con algo de información sobre dicha presa y sus capacidades de producción, potencias, rendimientos… Nos adentramos con el coche hacia la selva, poco a poco. De carretera pasamos a camino. El Honda Civic de ciudad se está portando estupendamente. Cruzamos un río cuyo puente está reconstruyéndose “Fue el último huracán, que estuvo bien batallador güey”. Vamos atravesando pequeñas aldeas con viejecitas por sus embarrizadas calles, gente a caballo, gallinas sueltas, tiendecitas “Abarrotes” donde venden un poco de todo, pintadas del movimiento antorchista, carteles de cerveza Corona…

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Si recorremos México, nos hartaremos de ver este tipo de pintadas políticas junto con publicidad «low-cost» de la conocida cerveza «Corona»-«Coronita» en España.

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El viejo y nuevo México se encuentran en este improvisado camino en medio de las obras del puente destruido por los huracanes, que cruzaba el río Santa María. Este tipo de escenas representan un clásico en este fascinante país, tópicos a parte.

Dado que nos estamos quedando sin gasolina, precisamente en un “Abarrotes” del pueblo de Chacala pedimos 5 litros. Por suerte tienen. Aquí han visto a pocos españoles porque mientras Jesús y yo comentamos la ruta fuera del coche o hablamos con la señora de la pequeña tienda, la gente de alrededor se queda mirándome de arriba a abajo. Un niño con uniforme del cole bastante sucio, con unos 10 años, me clava los ojos, igual que la pobre niña descalza en el lodazal de una aldeucha de la Huasteca. Esta gente me cautiva, su sencillez, su humildad… Nos darían mil lecciones en nuestras desarrolladas y modernas formas de vida. Desgraciadamente a uno la zona de confort le envuelve, y se acaba olvidando de estos pobres chavales. Llegamos a una aldea cercana. El mapa nos indica el camino por los maizales. El coche aún tira. Paramos en una escuela rural, donde en la misma clase hay niños de 6 con chicas de 15. Están en el recreo; preguntamos a unas chicas de uniforme, cómo llegar al río. Primero pregunta Jesús y le contestan. Yo matizo con un comentario y se quedan calladas, se tapan la boca y se mueren de risa. “Ni modo, estas chambas nunca escucharon español” comenta Jesús. Tímidamente nos indican como llegar hacia el río y aparcamos un poco más adelante.

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Reivindicación de los docentes de la escuela rural de Chacala. No sólo en España están cuestionadas las reformas educativas del Legislador imperante.

Andamos por los maizales, oyendo el torrente de agua. No hay cobertura, no hay nada. Sólo maizales que albergarán más de una víbora. El calor es sofocante. El río está lejísimos y no estamos bien calzados. Pinta muy difícil llegar; la selva es frondosa y tardaríamos una hora en llegar al punto que buscamos. Vemos que hay mal acceso y comentamos que si se proyecta algo aquí, la logística va a estar muy complicada. Volvemos al campo de fútbol donde tenemos el coche aparcado y nos dirigimos hacia Cuautitlán. Pasamos por carreteruchas de tierra al borde de ríos, aldeas semiderruidas, otras más habitadas, luego muchas curvas a través de la selva… Y llegamos a Cuautitlán “lugar entre montañas”. Repostamos por fin de verdad en una gasolinera PEMEX- del monopolio estatal- y mientras llenan el depósito, hay un hombre con un carrito que vende Tejuino. “¿Lo has probado alguna vez Poki?” me espeta Jesús “Chuco”, mientras saca unos pesos. “Nos partimos uno grandecito y si no te gusta me lo chingo yo.” El Tejuino es una bebida típica que consiste en zumo de maíz fermentado, dulce de caña de azúcar, zumo de lima, sal y mucho hielo. Es raro, pero está buenísimo. Tenemos hambre y hemos recorrido mucho.

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Cuautitlán se despide con este arco, como en la entrada y salida de muchísimas poblaciones de toda la geografía mexicana.

Más deprisa que despacio, que hace que discuta con mi conductor por su celeridad en proporción al estado de la carretera llena de camiones llenos de frutas que vienen en sentido contrario, casi rozándonos, nos dirigimos a Autlán de Navarro. “Chuco” me comenta la circunstancia: “Mira Luis, vamos a una zona bien guerrera güey, el narco anda bien chingón por aquí. Comemos unos tacos y andamos para Guadalajara.” Me emociona mucho esta situación; ir a lugares peligrosos lejos de casa, sobre todo para ver y conocer cosas nuevas. Ver cómo un pueblo convive con esa situación en su día a día. Parece que en Autlán, que se encuentra ya descendiendo de las montañas selváticas cerca de la costa pacífica, como en una especie de valle, hay un tiroteo importante una vez al mes.

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Parada y fonda en el controvertido Autlán de Navarro:Tacos y cerveza Tecate; menú inmejorable en medio del México auténtico y profundo.

Podemos ver algún control de policía, que va fuertemente armada. Entramos en el casco de Autlán, y callejeamos. Todo muy antiguo y decadente, pero tiene su encanto. Mucho vagabundo, gente que va de aquí para allá, sin nada que hacer, aparentemente. Militares por aquí y por allá. Unos en un Hummer con la ametralladora pesada calada y cubierto por detrás con una pick-up llena de barrotes con soldados fuertemente armados, con M 16, chalecos antibalas y gafas de campaña. Impresiona bastante, la verdad. Queremos una taquería fetén para culminar la excursión de hoy. Al lado de la Catedral de la villa, divisamos un llamativo bar “La Catedral del Taco”. El místico nombre nos convence; Tecate bien fría y unos cuantos tacos al pastor por barba. Buenísimo. Mientras comemos y damos grandes tragos a la cerveza para contrarrestar el calor y su efecto deshidratante, contemplamos el ir y venir del pueblo, su gente, sus negocios, los vehículos… Es muy interesante, es viajar en su sentido estricto, conocer, saber.

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Capilla en honor a San Francisco de Asís cerca de Cuautitlán, Jalisco.

Después de la comilona y la visita a la Catedral, saliendo del pueblo, divisamos una hacienda llena de animales, un precioso jardín, con una casa inmensa, muy llamativa. Les pedimos a los empleados que nos dejen ver la casa por fuera, porque es un espectáculo. Es un tanto hortera, y muy ostentosa; vírgenes esculpidas, animales enjaulados, fuentes, esculturas… Agradecemos la visita a la cuadrilla que mantiene la casa y los alrededores impecables. “Chico, yo te lo regalo Chuco, tener esto para que te asalten o te roben, o tengas que tener varios guardaespaldas, no le veo mucho sentido” reflexiono, antes de cerrar la puerta del coche.

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Vistas a la semiselva al Este de Autlán. Recorrimos varios puertos de montaña de este tipo.

Cogemos carretera hacia Guadalajara vía Tecolotlán, donde aún vemos patrullas de policías armados escondidos en los arcenes esperando órdenes de cazar a alguien o listos para la acción. El panorama anda fastidiado. Además, en la radio anuncian la matanza de más de 40 estudiantes en Iguala, Estado de Guerrero. Está más al Sur, pero esperemos que en Jalisco no tengamos que ver nada así. Recorremos un par de puertos de montaña donde la vista es maravillosa. Los camiones avanzan muy lentos, llenos de destartalada mercancía, por la única carretera que nos llevará a los accesos de Guadalajara. Quedamos con Allen, el socio de Jesús en una gasolinera a menos de una hora de Guadalajara y repasamos las últimas acciones comerciales de cada uno para su innovador negocio energético. Allen viene de ronda de reuniones con alcaldes de una serie de pueblos. “Ale, yo mañana voy a ver al de Chapala” espeta “Chuco”. Nos vamos.

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Puente sobre el río
anta María. El coche pasa justito en esta obra sita en tan inhóspito lugar. El puente de al lado estaba destruido.

Llegamos a casa Gómez y nos encontramos con “Pavo” y Regina, su novia. Tenía ganas de conocerla. En España, “Pavo” no paraba de mencionarla cuando viajábamos los fines de semana. Me da la sensación que la conozco de sobra. Hay agua de pepino, que está muy buena. Charlamos un buen rato y después de salir a dar un paseo y ver a unos amigos, cenamos unas “sincronizadas”-tortillas con jamón y queso, una especie de versión mexicana de sándwich mixto, con el padre de mis amigos, Jesús padre. Es un hombre muy interesante, y hablamos distendidamente de política; la situación en España, la de México, sus andaduras en la política mexicana… Gran defensor de ciertos valores indispensables, compartimos los mismos ideales para nuestras dos patrias. Conectamos rápidamente y me cuenta sus anécdotas de tiempos gloriosos, dónde este padre de familia numerosa experto en Marketing político y comercial era más activista que ahora.

Tras las experiencias vividas hoy y abrumado por todo lo que he aprendido, toca ir a la cama.

Resumen del día

La selva de Jalisco: Chacala, Cuatitlán, Autlán de Navarro, Tecolotlán: Esta desconocida zona no es la más turística ni la más bonita, pero para conocer el Jalisco profundo no está nada mal. Naturaleza exhuberante y algún que otro monumento como los existentes en el taurino Autlán, aunque olvidaros de los monumentales pueblos que podemos conocer en Europa. En México no existe, casi todo tiene décadas.

Consejo de El Viajero Incansable

Aprovecha algún día para escaparte de la turistada, o pasar un buen rato del día a día profesional en el extranjero de un amigo/conocido mientras puedas. Es lo mejor para conocer a fondo un país, su gente, sus instituciones, su sistema económico y su estructura social. Visitar una zona deprimida, también te hará conocer más y mejor el mundo, sobre todo de cara a valorar la suerte que tienes de tener todo lo que tienes, o vivir en un sistema jurídico con un pelín más de garantías que otros países.

Aquí, queridos amigos, terminamos  con esta Parte Uno de la Segunda Etapa de este apasionante viaje por tierras mexicanas. En la siguiente parte, visitaremos Guadalajara, Tlaquepaque, capital mexicana de Artesanía y veremos surcar el cielo de Jalisco los voladores de Papantla.

Gracias por vuestras visitas y “shares”, nos vemos muy pronto por Tlaquepaque y Guadalajara, capital de Nueva Galicia (Jalisco), México. ¡Muy Feliz Navidad y mejor y más viajero 2015!

Nos vemos muy pronto, que paséis una gran semana y que los Reyes os traigan muchas cosas,

¡A ser felices!

¡Buen viaje!

 

Luis Poch de Gaminde
El Viajero Incansable

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