«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La campaña electoral

19 de mayo de 2015

Estamos asistiendo estos días al espectáculo decepcionante que dan todos los políticos en unos mítines vacíos de contenido práctico y de gestión política positiva para los ciudadanos: todos y cada uno de ellos vienen a decirnos, con argumentos que rebozan demagogia, que su programa de gobierno es el único posible para salvar a España de todos los problemas (problemas que nos han causado siempre los políticos, nunca los ciudadanos) Nos dicen, al mismo tiempo, que el programa de los demás partidos destruirán al País: yo tengo la razón; tú estás equivocado. Pero ninguno de ellos piensa en los ciudadanos ni en España, sólo, y exclusivamente, en sus intereses de partido y en otros intereses ajenos al pueblo que, algunos, se dirimen luego en los tribunales. Las propuestas más certeras de  los políticos suponen tato como reparar las grietas de las paredes de una casa que se viene abajo, porque el problema radica en la base, en el principio, es decir, en los cimientos, que son los que hay que reparar con urgencia; unos cimientos que están formados por una mezcla de política hormigonada indestructible; por lo tanto, todas las medidas políticas se toman aceptando como buenos esos cimientos. Hay que empezar por el principio, desde la base. La minoría siempre gana cuando la mayoría no hace nada.   

Sirva como ejemplo el pueblo de Torrelodones, donde los vecinos, hastiados de tanto despilfarro, errores, corrupción y deudas, optaron por formar un grupo de ciudadanos para volcarse en los intereses del propio pueblo. Formaron el Grupo Vecinos por Torrelodones, obtuvieron la alcaldía, y en sus tres primeros años de gobierno consiguieron un superávit de 13 millones de  euros!  Empezaron por bajarse los sueldos y quitar todos los privilegios que había, limpiando así el Ayuntamiento; nadie me convencerá jamás que el ejemplo de Torrelodones no es extrapolable al resto de España. No hay la más mínima diferencia, sólo se trata de priorizar los intereses del ciudadano, como firmes cimientos de la Casa España, por encima de cualquier otra cosa. Actualmente la gran Casa que es España mantiene un servicio denigrante que, aún contando con las excepciones, merece ser despedido. Tienen unos sueldos adjudicados por ellos mismos, y  a pesar de que muchos de los miembros de esta gran Casa están en el paro han de continuar pagando esos sueldos, privilegios y corrupciones. Nunca ha habido crisis ni paro en el número de políticos que tenemos; mantenemos a más de 500.000, más del doble de otros países europeos con mayor número de población que nosotros. Pero en esos países es posible la gestión política; en España, no. Jamás tomarán una medida que, aún siendo favorable para el pueblo, pueda perjudicar los intereses de ellos. Por supuesto que hay excepciones de políticos íntegros y honestos, pero la fuerza de éstos no es suficiente para frenar un río de corrupción e intereses. Vecinos por España, sería la única solución razonable.

No se puede secar y limpiar una charca pretendiendo contar con la ayuda de las ranas. Y si no, al tiempo.

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