«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Casemiro-Karim, adrenalínico placer

20 de marzo de 2017

En ‘Suspense. Cómo se escribe una novela de misterio’, Patricia Highsmith confesaba que una de las herramientas que más le ayudó a escribir fue la siesta. Tebas, con estas horas siesteras “me duermo con el problema y me despierto con la respuesta”. Y, no será por falta de ingredientes: un Ath. Bilbao que llegaba con un ritmazo tremendo al área. Un correcalles sin contrapeso blanco que me hacía temer lo peor. El sorteo de Champions con el Bayern de Múnich como artista secundario de fondo, pero idealizando papel protagonista… Parece que el Real Madrid tuviera cierta afición a pasearse por el abismo narrativo, por los arranques con efecto hipnótico. Un cuelgue total lo mío con esa prosa adictiva del Madrid que me condena, felizmente, a seguir consumiendo partidos y partidos eternamente, como en las tardes de verano disfruto releyendo novelas de misterio con adrenalínico placer.

Los de Zidane no tardaron nada en asentarse y desplegar juego bajo el mando de Kroos (sí, Kroos). Qué dominio pasando balones y metiendo la pierna cuando toca. Como diría Radomir Antic, hicimos un fútbol de muchos quilates. Por lo que valen esos tres puntos y por detalles futbolísticos que significan mucho. Con un Benzema resucitado y un Casemiro portentoso que abría puertas como el mejor Eastwood entrando al saloon del lejano oeste. Arriba y en defensa hubo pólvora suficiente como para celebrar la Cremà fallera allende al otro lado del mapa. Un Casemiro colosal que va a ser clave hasta el final de temporada. El brasileño puede, si se empeña, mermar a sus rivales como si estuviera en el más duro ring. Casemiro, todos somos contingentes, pero tú eres necesario. Me imagino a Zidane después del partido como en aquel combate que recuerda en alguna ocasión Garci. El Clay-Frazier. Cuando Futch, entrenador de Frazier, antes de comenzar el ¡asalto 15!, le dijo: “Siéntate, hijo. Se ha acabado. Nadie olvidará lo que has hecho hoy aquí”. Benzema es lo inesperado. Lo bueno si breve…Como un libro de Echenoz, que te resume la Gran Guerra sin llegar a 100 páginas. Logrando la concisión con el virtuosismo. Karim debería contestar a los críticos como Juan Belmonte cuando su mozo de espadas le espetaba que el público se quejaba de sus breves faenas: “Si les ha gustado pueden venir  a la plaza al día siguiente que también toreo”, contestaba el Maestro. Vimos a un Keylor Navas olvidando el sofoco de esas salidas operísticas que se marca últimamente. Y, un Modric que juega, pero aún le falta volver a recitarnos poesía. Calma, todo volverá. Tomamos un oxigeno maravilloso en un campo dificilísimo. Innegable la actuación desde el banquillo de  Zidane, acertado en todos los cambios. Hizo lo que se espera de él en cada jornada, arriesgar con contundencia. Se ha ganado un parón de Selecciones de felicidad.

En el Calderón, Simeone sigue sin interpretar el ‘Tocata y fuga’, de Bach, definitivo. Ya se verá. Eso sí, sigue esa rareza en el ambiente entre entrenador y Fernando Torres. Solicito el olfato del más allá de Iker Jiménez, hay que localizar qué demonios rondan. Lo que está claro es que el campo se cae aplaudiendo cuando El Niño salta al césped. Igual dentro de unos años alguno muestra su particular simpatía por el otro comoRobert Evans, productor de Instinto Básico, con Sharon Stone: “No volvería a trabajar con ella por nada del mundo. Preferiría fregar platos, recoger basura o limpiar cuartos de baño antes que soportar la tortura de volver a aguantarla en un rodaje”.

Siéntense y disfruten. El mes de Abril viene cargado de un clima de intriga y suspense… ¡Vive le noir!

 

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