«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La patria de Podemos

13 de febrero de 2017

En PODEMOS algunos se han planteado la importancia de la Nación, de la Comunidad Popular y de la Identidad, frente al discurso clásico Progresista que es Internacionalista, Cosmopolita, Anti-identitario, en el fondo burgués y que comparte con el neoliberalismo proyecto globalizador, aunque no esté de acuerdo con las formas.

Lo expresa Errejon a la perfección en su última entrevista en La Marea.com:

“La utopía conservadora de una democracia sin pueblo triunfó, hay una democracia de consumidores y de votantes, pero no hay pueblo, no hay gentes que se emocionan juntas, que tienen una visión hacia el futuro y que creen que comparten una historia, no hay comunidad.

No hay política sin identidades fuertes y cuando ocurrió la crisis de los sistemas políticos, por el desprestigio de los políticos, por la corrupción, por la erosión de las condiciones de vida que ha supuesto la globalización neoliberal, esas poblaciones no han encontrado entre los partidos políticos tradicionales ningún canal para expresar las incertidumbres, pero fíjate que no diría fundamentalmente económicas, porque hay opciones populistas de derechas en sitios donde la crisis no ha golpeado particularmente: es sobre todo el anhelo de comunidad, el expresar que a mí, por el hecho de ser ciudadano de un país, alguien me va a cuidar, va a cuidar de mí.

Los partidos políticos tradicionales no ofrecían nada y las formaciones políticas de izquierdas han renunciado a darles una explicación. En primer lugar, han renunciado a sus países, les ha parecido que reivindicar la identidad nacional de sus países era una cosa muy conectada con las derechas, y en algunos casos como en España hay razones históricas. Yo soy de una generación que cuando me incorporo a militar para nosotros no existe el espacio nacional, existe la ciudad y la globalización. Así que existe militar en Madrid y luego irte de contracumbre a Génova. Entre medias, no hay países. Hay como barrio, barrio, barrio, barrio y el planeta, y entre medias nada, el espacio nacional se abandona y en muchos sitios los proyectos progresistas son incapaces de ofrecer una alternativa a una parte de los perdedores que tienen miedo e incertidumbre pero, sobre todo, tienen hambre de proyectos comunitarios y se produce una fractura jodida entre perdedores de la globalizacización en un cierto repliegue nacional identitario. ¡Joder! cuando no tengo claro qué soy, por lo menos soy francés, y se produce una fractura con las élites, a menudo unas élites progresistas, cada vez más cosmopolitas y que les encanta el espacio europeo porque viajan, viven en diferentes ciudades, hablan diferentes idiomas. Donde no hay fuerzas de izquierda capaces de levantar una idea de patria diferente lo capitaliza Le Pen, Orban o el FPO en Austria.”

Construir un nuevo nacionalismo

El objetivo de PODEMOS, y en particular de Errejon, es construir un nuevo nacionalismo. En el texto anterior lo dice claramente “levantar una idea de patria diferente”. Un nuevo mito nacional popular aglutinante frente a la ambigüedad apátrida de la izquierda española.

Errejon está obsesionado con esa idea, porque sabe de su potencia revolucionaria y movilizadora. En su último artículo “PODEMOS o Trump” define cual es su modelo de PODEMOS como una “fuerza democrática, transversal, popular y patriótica”.  

No es algo nuevo, el sindicalista revolucionario Georges Sorel consideró, en el siglo XIX, que frente al marxismo clásico que solo habla lucha de clases por motivos económicos y racionales, existe una fuerza mucho más potente en el plano revolucionario que es el Mito social irracional del patriotismo o de la huelga general como hecho colectivo. Sorel consideró que para llevar a cabo la revolución es necesaria la construcción de un mito movilizador revolucionario para las masas lo suficientemente potente para producir el cambio social.

¿Un patriotismo diferente?

Ese nuevo patriotismo de PODEMOS se enfrentaría y relativizaría la identidad clásica de nación española, un nacionalismo construido sobre el mito del Estado nación de naciones, en permanente revisión, y enfrentada a toda nuestra historia.

Errejon quiere construir un nacionalismo sobre nuevas bases, cambiando en el fondo la identidad de España y tratando de asociar a la identidad clásica de España todo lo que de negativo aparece en nuestra historia azuzada por la leyenda negra para construir un nacionalismo nuevo.

En el fondo es lo mismo que ha hecho el nacionalismo separatista que ha cambiado la identidad de sus regiones dando al pueblo nuevos mitos irracionales y falsos, logrando la movilización y el cambio social.

El futuro de España   

Como dijo el fallecido filosofo Gustavo Bueno, en tiempos de Zapatero, «lo que corre peligro no es la unidad de España, es su identidad». La unidad de un Estado o la existencia de un Estado no corre peligro, el peligro es sobre qué bases, sobre que identidad nacional se pretende construir el nuevo Estado.

Una cosa es criticar aspectos de la historia de España y otra es destruir por completo su propio ser. España es lo que es, con sus luces y sus sombras, como una de las grandes naciones de la civilización tiene una evolución dinámica, asumir su pasado como propio, con un afán reformador hacia el futuro, es el verdadero reto. No es ninguna locura defender los aspectos más elevados de la historia española a la vez que utilizamos los elementos más audaces de la modernidad para perfeccionar y reformar España.

Es evidente que para combatir la idea de PODEMOS, que en el fondo pretende destruir nuestra identidad histórica y cultural como españoles, es necesario que el patriotismo español se fortalezca, más allá del racionalismo tecnocrático que habla solo del cumplimiento de las leyes del Estado y de la Constitución, más allá de la actitud defensiva o reaccionaria, más allá del patriotismo superficial, simple o verbenero de la selección, el Gibraltar Español, o la rojigualda.    

Ese patriotismo español fortalecido en la defensa de la identidad de España se encontrara en frente a aquellos en el centro neoliberal que desprecian todas las identidades comunitarias y aquellos en la izquierda que pretenden construir nuevas identidades colectivas que se enfrentan al verdadero ser de España. Si no resurge ese patriotismo español solo existirá un enfrentamiento entre el bando que rechaza todas las identidades y aquellos que construyan identidades falsas, España ya no formara parte de la pugna.

Frente a los que pretenden destruir el ser de España para construir su utopía, es necesario interponer una defensa firme de nuestra identidad de manera moderna, innovadora y a la vanguardia, abandonando los prejuicios que tanto daño han hecho a la cohesión de España y tanto han alimentado el surgimiento de Podemos.

Defensa de la verdadera soberanía nacional, no como PODEMOS que defiende la ruptura de la soberanía a través del derecho a decidir, y un proyecto político comunitario que beba de las verdaderas raíces de la identidad cultural e histórica de España.  

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