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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Crítica: Hitman: Agente 47, otra más y nada nuevo

A pesar de los parecidos, videojuegos y películas nunca se han llevado demasiado bien y estos desencuentros van camino de ser una tradición. Una nueva muestra de adaptación fallida es el sinsentido de Hitman: Agente 47, un nuevo remake de la trayectoria del asesino desalmado que pronto abandona el esfuerzo de seguir un guión ya de por sí flojo y recurre a una acción anárquica para mantener el interés.

Pocos adeptos al videojuego veían motivos para devolver al cine a esta célebre máquina de matar que, si bien es un fenómeno en el terreno de las videoconsolas, en la gran pantalla necesitaba un guión con grandes dosis de solidez para justificar el proyecto. La realidad es que el debut del director polaco Aleksander Bach es un producto que se nota artificial, sin carisma y sin vida desde el momento en que comprende que la historieta no puede dar más de sí.

El llamado ‘Hitman’ está encarnado por Rupert Friend, que con su cara hermética durante casi una hora y media interpreta a un superhombre diseñado genéticamente en un laboratorio para convertirse en el perfecto asesino en serie. Conocido por los dos últimos dígitos de su código de barras, su último objetivo a eliminar es una corporación que planea hacerse con la fórmula que lo creó para producir un ejército de agentes aún más letales.

A pesar de su inicio correcto, Hitman: Agente 47 pronto demuestra una carencia de interés por cohesionar su guión y, sin apenas nuevas subtramas o desarrollos paralelos salvo un leve atisbo de relación romántica, discurre de forma lineal conformándose con la sangre, los tiros y una inverosimilitud que en ciertos momentos roza el ridículo.

En un mundo en el que la sociedad está perdiendo la capacidad de sorprenderse, Hitman: Agente 47 no aporta nada nuevo al género de acción, que a pesar de los convencionalismos está en constante búsqueda de nuevas formas de renovarse. Apostando por la simpleza y los personajes planos, el largometraje se queda más de un paso atrás de lo que el público le reclama.

Puntuación: 2/5

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