«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Símbolos

1 de junio de 2015

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española el significado primero de la palabra símbolo es: “representación sensorialmente perceptible de una realidad en virtud de rasgos que se asociación con por esta por una convención socialmente aceptada”. Pues bien el himno de una nación es un símbolo y el Rey de esa nación también lo es, una vez que se le ha privado de poder ejecutivo.

Por tanto pitar al himno nacional estando presente el propio monarca es ciscarse y rechazar ambos, pues la convención aceptada por la mayoría de los españoles es que España existe y esos símbolos la representan, y como la representan de manera “simbólica” están ofendiendo a todos y cada uno de los españoles y “españolas” con el jefe del Estado presente. Lo grave no es que haya grupos que rechacen tal convención, más o menos numerosos, pues eso hasta podría interpretarse como afirma la Audiencia” como “una forma de libertad de expresión” apurando mucho la interpretación, sino que las autoridades investidas por esa misma nación española para regir su destino, nacional y regionalmente estuvieran presentes y no ocurriera nada…

El que no se hubiera advertido anteriormente que de producirse esa ofensa colectiva, ya que estaban más que avisados y lo sufrieron en anteriores ocasiones,  el partido quedaría suspendido y celebrado a puerta cerrada al día siguiente, con lo cual el hecho con toda seguridad no se hubiera producido, (ya que el futbol es lo más importante) o que una vez producido, el Rey de “motu proprio” o por indicación del Presidente del Gobierno, no se hubiera retirado y suspendido la entrega de una copa que lleva su nombre, es verdaderamente desconsolador en cuanto retrata materialmente la personalidad, indefinición y desánimo de nuestras clases dirigentes.

Como español me he sentido profundamente avergonzado, y como persona estafado, por dos instituciones a las que mantenemos entre todos, nos han insultado y nuestro vigilantes y encumbrados representantes han permitido que tal ofensa se materializase sin hacer nada, uno de ellos incluso sonreía de medio lado… ¡No se me venga con el doble insulto de querer asimilar el hecho a una falta deportiva e imponer una multa! Es añadir escarnio al insulto.

No voy a entrar aquí en la importancia de los símbolos a la hora de estructurar la convivencia de los pueblos, ni hacer comparaciones con lo que hubiera sucedido en otras naciones “democráticas” de nuestro entorno, pero desde luego, si no somos capaces de defenderlos formalmente, es que no estamos dispuestos a defender la realidad que según el diccionario de la Real Academia representan. Por tanto si decidimos que sobran, adelante, tengan el valor de declararlo, ¿será que el pueblo español no se respeta a sí mismo? pues que cada cual atienda a su juego, al Rey le quedan pocas justificaciones y menos como Jefe del Estado si le da la espalda a semejante desafío, no solo a él, ni al gobierno sino a la nación que se supone  representa. Lo malo es que no augura nada bueno para nuestro futuro con la mezcla de utopía pueril e irracionalidad que nos espera, un pueblo que ignora su historia está condenado a repetirla…

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