«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La caduta degli dei, nos pone a prueba

La inesperada muerte de Emilio Botín y su obligado relevo en la cúpula de Banco, se convierten en termómetro de como se toman decisiones imprevistas en entidades españolas globales, como el Santander.  Ana Patricia Botín tiene detractores entre los fondos norteamericanos, pero es una Botín. Aporta el intangible de ser «Presidenta» en un mundo -el financiero- masculino. Habrá quien diga que si, como creo, alcanza la presidencia, el Santander es un actor global en manos de una familia y que se maneja con criterios sucesorios de monarquía. Ana Patricia llava décadas preparándose para suceder a su padre. Tras él, ha saludado y conocido a todos los clientes importantes del Santander, tiene bagaje internacional, pero tiene enemigos.  Quizá la solución sea que la nombren sustituta presidente, sin funciones ejecutivas, que su padre si tenía. Lo que reforzaría el papel del consejero delegado Javier Marin, llegado a la entidad después de la salida de Alfredo Sáenz Abad. 

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