«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
EL GOBIERNO RECHAZA PONER SU NOMBRE AL AEROPUERTO DE MURCIA

La Fundación Disenso reivindica al genio de la aviación Juan de la Cierva, otra víctima de la ‘Memoria Histórica’

El piloto Juan de la Cierva. FUNDACIÓN DISENSO

El Gobierno de Pedro Sánchez ha rechazado la petición para que el aeropuerto de Murcia reciba el nombre del genio de la aviación Juan de la Cierva (1895-1936) por su supuesto papel en la Guerra Civil, en una nueva decisión ideológica del Gobierno socialcomunista.

En julio de 2017, la Asamblea Regional de Murcia aprobó que el lugar llevase el nombre de Juan de la Cierva, pero esta decisión trajo consigo una batalla política que ha ido en aumento hasta que, a principios del mes de junio, desde el Gobierno y a través del Ministerio de Transportes, se decidió no autorizar el cambio de nombre por el del inventor del autogiro para el aeropuerto.

Una trayectoria brillante

Fundación Disenso ha aprovechado esta decisión para publicar un informe en el que repasa su extraordinaria trayectoria durante el siglo XX. Juan de la Cierva fue una de las mentes más lúcidas del siglo pasado en materia de ciencia y aeronáutica.

Con tan solo 16 años, se convirtió en el constructor del primer avión español que consiguió volar hasta la concepción y el desarrollo, con 25, del autogiro, un invento considerado precursor de los helicópteros modernos. De hecho, el estadounidense Thomas Alva Edison llegó a definirlo como «el avance más importante en la aeronáutica mundial desde el prototipo de los hermanos Wright».

La polémica que tiene lugar en la actualidad, y por la que se ha rechazado el cambio de nombre, está relacionada con la actividad de De la Cierva durante 1936 y su papel en la sublevación del 18 de julio. Sin embargo, Disenso remarca en su documento que «existe un notorio vacío bibliográfico y documental» al respecto y «no puede probarse que Cierva tuviera un papel trascendental en la conspiración previa a la sublevación de julio de 1936» ni en acontecimientos posteriores, pues falleció el 9 de diciembre de 1936 en un accidente aéreo.

El español fue reconocido en multitud de ocasiones por su trayectoria profesional. En 1932 se le concedió en Estados Unidos la Medalla de Oro Daniel Guggenheim y la Medalla de Oro del Aire de la Federación Aeronáutica Internacional. Además, la Royal Aeronautical Society británica le otorgó la Medalla de Plata.

Dos años más tarde, en 1934, el presidente de la República, Niceto Alcalá- Zamora y el jefe del Gobierno, Alejandro Lerroux, condecoraron a Cierva con la Banda de Caballero de la Orden de la República, pese a que Juan de la Cierva siempre había mostrado sus simpatías monárquicas.

La decisión del Gobierno se una a la recientemente tomada por el Ministerio de Ciencia, que ha decidido borrar los nombres de ilustres científicos -entre ellos el del piloto- de los Premios Nacionales de Investigación para sustituirlos por la mera denominación de la especialidad galardonada. Se trata de los premios que cada año premian a investigadores de nacionalidad española que estén realizando una labor destacada en campos científicos de relevancia internacional y que contribuyan excepcionalmente al avance de la ciencia.

«Merece un lugar de honor en la historia de nuestra ciencia, inasequible a cualquier tipo de valoración presentista. Y aunque su presencia pública es ya notable, no puede haber un lugar más apropiado para llevar su nombre que el aeropuerto de la ciudad que le vio nacer», concluye Disenso.

Pueden leer el informe al completo en el siguiente enlace.

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