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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

¡A las mariscadas, a las mariscadas!… con facturas falsas

No ha muchos días que les llamaba la atención en este paseo por la izquierda acerca de la foto de un Cándido Méndez, con el brazo en cabestrillo, que era la viva estampa del estado del sindicalismo patrio. O sea, cutre y poco aseado… y que más parece en los últimos tiempos venir del frente de batalla, a juzgar por sus soflamas incendiarias que de la lucha de unas clases que hace décadas que han dejado de existir. Hoy vuelvo a Méndez porque de sucio podrían calificar muchos, no ya su aspecto, sino la ejecutoria de su sindicato, a la luz de lo que se publica. El diario El Mundo nos amarga el desayuno con la relación de trapacerías que UGT pudo haber cometido, presuntamente, siempre presuntamente, con el dinero de todos.

Como ejemplo, la comida organizada en Jaén con motivo del Día de la Mujer Trabajadora. 1.600 féminas se desplazaron hasta esta ciudad para ponerse ciegas de un condumio y un morapio que pudo haberse pagado según El Mundo con el dinero ingresado –y justificado– mediante facturas falsas emitidas por la presentación de un libro: El umbral y la búsqueda. A la búsqueda quedamos, como Diógenes de algún militante honrado en la UGT, que seguro que quedarán muchos, aunque éstos no salgan en los periódicos.

El barbado líder de la organización ya ha reconocido que “en general las cosas se han hecho bien, aunque a lo mejor se ha cometido algún error”. Una frase muy parecida por cierto a la pronunciada por otro destacado líder, político, al que le cayó la del pulpo por decir algo parecido. Tal vez algún día los tribunales pongan las cosas en su sitio.

Aunque como lo hagan al estilo Malaya, apañados vamos. La sentencia sobre la corrupción marbellí indigna a mi buena amiga Isabel San Sebastián que en su columna en ABC evoca aquella famosa frase de Jesús Gil: “En España se sale antes de la cárcel que de pobre”. No nos cabe duda.

Por seguir con el decano de la prensa madrileña, les invito a disfrutar con la foto de nuestro Pep (y su señora esposa) vestidos al modo típico bávaro. Cita Jaime González a Unamuno y su célebre sentencia de que “el nacionalismo se cura viajando”… y el pelo de la dehesa, añado yo. Tienes razón Jaime; yo tampoco le recuerdo con barretina y espardenyas, a pesar de los mimos públicos que prodigaba al separatismo catalán cuando cobraba del Barça. Cualquier día le vemos, también al modo bávaro, comiendo salchichas.

Lo que afortunadamente se ha relajado es la presión sobre el pseudo-bloqueo de la Administración americana. Ya saben, esa pesadez del techo de gasto y el sistema sanitario… con lo fácil que lo tenemos aquí en Europa con el mal llamado Estado del bienestar.

No me llamen insensato pero les confieso que el temita aburre ya un poco. Después de intoxicarme varios días con la dogmática propaganda izquierdista de que esto es cosa en nada achacable a Barack Obama y sí a un puñado, algo más de veinte, irredentos congresistas republicanos de esos estados demoníacos y ultraconservadores de la América profunda (Kentucky, Texas o Carolina del Sur, sin ir más lejos) hoy no encuentro, por fin, muchas más referencias apocalípticas en los habituales órganos de agitación y propaganda. No desesperen. Mañana seguro que vuelven a ello. O pasado. Eso sí, todos a los botes porque si la situación no se solventa, el 17 de los corrientes se hunde el mundo. Ya verán cómo finalmente, tal cosa no ocurre. Obama nos salvará y El País nos lo contará a cinco columnas. O a seis, si las tuvieran.

Eurico Campano

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