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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Catalán, Artur Mas tiene dos preguntas para usted

Miren que lo he intentado, pero no hay forma: al final, tendré que hacerme eco de la dichosa ‘consulta’, el duelo al sol entre Mas y Rajoy a vueltas con el ‘procés’ independentista catalán.

 

La cosa es que don Arturo se ha decidido ya con la fecha y la pregunta, doble ésta y que ha causado gran regocijo y no pocas parodias en las redes sociales: “¿Quiere usted que Cataluña sea un Estado?” y, en caso afirmativo, “¿quiere que sea independiente?”.

 

No he podido sustraerme a la ideación de un posible resultado mayoritariamente positivo para la primera pregunta y negativo para la segunda. ¿Qué se hace? ¿Convertimos a Cataluña en el Wisconsin ibérico? ¿Cómo se come eso de un ‘Estado dependiente’ en Europa? Naturalmente, sería aún más divertido si ganara mayoritariamente el sí en la segunda pregunta y el no en la primera, pero es que el referéndum no se va a celebrar en Cádiz durante los Carnavales.

 

Al presidente del Gobierno central ha dicho que ese plebiscito no se va a celebrar –La Razón, para sus lectores precipitados o seriamente miopes, puso el NO en un cuerpo de titular inverosímil en su portada–, y ya tenemos el lío montado. No me extraña que una de las parodias más repetidas en Twitter de la doble pregunta fuera: “¿Quiere usted que Cataluña sea un Estado independiente? Y, en caso afirmativo, ¿prefiere que la Guardia Civil entre desfilando por las Ramblas o en tanquetas?”.

 

Es, claro, el asunto con el que abrían casi todos los diarios ayer. El País abunda: “Mas se asegura la paz con sus aliados tras pactar la consulta”. ABC saca en portada un Ruiz-Gallardón de irónica sonrisa, informal y pelín condescendiente, de quien extrae estas declaraciones como titular: “La democracia española tiene todos los recursos para impedir la consulta”.

 

Eso no lo ha dudado nunca nadie, don Alberto. De entrada, los mismos recursos de que dispone contra mí si me niego, no sé, a pagar mis impuestos, a saber: la fuerza. Lo que se preguntan muchos es hasta qué punto están decididos a aplicarla.

 

El Mundo y La Razón coinciden en ir por lo demoscópico, aunque con sesgos suficientemente distintos. Así, el rotativo de Pedro J. nos cuenta que “Un 35% de los catalanes votaría hoy ‘sí’ a la independencia”, que viene a ser lo mismo, pero dicho de muy otra forma, que lo que anuncia el diario de Marhuenda en su portada, a saber: “No hay mayoría para la independencia”. Los sumarios son aún más significativos. El primero reza: “El órdago nacionalista apenas convence al 40% de los catalanes”, mientras que en el segundo leemos: “El 38,8% declara abiertamente estar en contra”.

 

Disculpen a este zote de letras, pero estaba convencido de que 40 es más que 38,8 y, siendo así, quizá tendría tanto o más sentido decir que “El órdago unionista apenas convence al 38,8% de los catalanes” y “El 40% declara abiertamente estar a favor”. Por enredar, digo.

 

Los periféricos de allá son más entusiastas, especialmente El Periódico: “Apoyo masivo a una consulta autorizada”. Vamos, que los catalanes responden que quieren que les pregunten. Esto puede alargarse hasta el infinito. La Vanguardia mira hacia fuera: “Una campaña internacional del Govern pedirá apoyo a la consulta”. Rollo Kosovo y eso.

 

El asunto no tiene fácil arreglo. Es difícil decir que la soberanía reside en el pueblo y pretender imponerse al ‘soberano’. ¿Con qué principio de legitimidad? ¿La Constitución? Pero la Constitución deriva su legitimidad del pueblo…

 

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