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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El ‘turbosusanismo’ toma velocidad de crucero…

Los periodistas, ya nos conocen, somos tipos de natural superficiales a los que nos gusta poner etiquetas a todo. Y como no podía ser de otra manera, la flamante presidenta del PSOE andaluz y estrella emergente del socialismo patrio ha sido ya bautizada… bueno, ella o su movimiento: “El turbosusanismo” escribe Ignacio Camacho en ABC, tal vez evocando aquellos tiempos en los que los socialistas se dividían entre renovadores (los de Felipe) y guerristas (los de Alfonso, claro) hasta que llegaron los turborenovadores, que eran igual que los renovadores, pero más todavía…

Está por ver si lo de Susana Díaz es una mera redecoración generacional o se atreve a modificar, tocar, retorcer o al menos desempolvar esas ideas -tiene a su disposición a la federación más poderosa del PSOE para hacerlo- que han dejado a los socialistas sin cuatro millones de votos en los últimos dos años ( los peores resultados de la democracia, Joaquín Almunia mediante ) y bajando, a tenor de las últimas encuestas. 

Lo único cierto es que, a decir de casi todos los veteranos analistas transicionistas presentes el fin de semana en Sevilla, la música de Susana sonaba muy al Felipe de finales de los setenta… poco contenido –mucho “por consiguiente”– y tono, mucho tono… o si prefieren, esa cadencia andaluza que tan bien le sentó al socialismo en otras épocas. Vale, insistamos en que el contenido no es para tirar cohetes –“dice lo que decimos los socialistas en privado entre primer y segundo plato… que lo de Cataluña no puede ser…” en palabras de un veterano socialista vasco, muy amigo que lo fue de Jaime Mayor Oreja–… ya, pero lo dice. Y como sólo se atreve a hacerlo ella, a todos les parece que suena mejor. Lo cierto es que el efecto propulsivo –valga el palabro– de Díaz preocupa y mucho, en el PP andaluz, ya veremos si también en Génova 13, de aquí a unos meses. De momento hay ya un diario, La Razón, que en misión de socorros mutuos ha acudido en ayuda de los chicos de Juan Ignacio Zoido y anuncia a bombo y platillo que “Rajoy da luz verde a la renovación del PP andaluz en un congreso urgente”. Añade el diario de Marhuenda que “el presidente quiere intervenir por la falta de consenso en la organización regional sobre el líder que tendrá que enfrentarse a Susana Díaz”. Sugiere también el citado periódico que la dirección andaluza quiere anunciar al sustituto de Zoido esta semana, pero que José Luis Sanz (candidato in péctore) no tiene aún el respaldo total de su organización. Pues eso… que mientras la armada susanista está ya pertrechada hasta los dientes, en Sevilla, los populares no tienen aún ni candidato oficial, por muy oficioso que lo vendan. Cosas veredes, amigo Sancho.

Y como no hay buen patio sin un Cándido Méndez que se precie, pues ahí vamos. Dice en la Sexta la joven promesa del sindicalismo español que, tras los líos de su facción andaluza, lo de la dimisión no lo descarta como hipótesis o escenario posible pero que tal vez, quien sabe… eso es desapego al cargo oficial, al sueldo y al coche, y lo demás son chuminadas. Un sueldo que, por cierto, seguimos sin conocer. El abajo firmante le preguntó en un desayuno hace unos meses a Fernández-Toxo, el de CC OO, por lo mismo y reaccionó mal… airadamente. Mucho me temo que a Méndez le ocurra lo mismo pero yo sigo dejando escrito allá por donde voy la incongruencia que supone el hecho de que conozcamos los sueldos del presidente del Gobierno, de sus ministros, de los CEO del Ibex 35, pero no de los líderes sindicales. País, que diría el por algunos añorado Forges. 

Eurico Campano

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