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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Elecciones 2017: La batalla del 22 de octubre

BUENOS AIRES.- ¿Periodismo hegemónico o la vuelta de CFK? Esa es la verdadera batalla que se libra en Argentina. La vuelta de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner significa volver a poner la Ley de Medios como tema prioritario para la sociedad. Una ley que acote la influencia manipuladora de un poder que se empeña en llevar de las narices al país desde hace mucho tiempo. Sus periodistas son sólo instrumentos o víctimas de ese poder. Aunque los hay alcahuetes y mercenarios.

El ex presidente Néstor Kirchner (Río Gallegos, 1950 – El Calafate, 2010) dejó al descubierto las apetencias de ese poder. En 5/2003 antes de asumir la presidencia, se reunió con el periodista José Claudio Escribano, Subdirector del diario La Nación. Escribano quiso marcarle el rumbo con un pliego de condiciones o postulados básicos, pero Kirchner no aceptó (ver video).

En 2008 la pelea se extendió al Grupo Clarín, emparentado familiarmente con La Nación y socio en el monopolio Papel Prensa. La posición adoptada por el grupo que conduce Héctor Horacio Magnetto frente al paro agropecuario patronal y la fusión de Multicanal con Cablevisión que les otorgaba una posición dominante en el mercado de televisión por cable, marcaron el inicio de la confrontación.

Una pelea parecida a la que sostuvo el general Perón con los medios «gorilas» o antiperonistas encabezados por el diario La Prensa, a fines de los años cuarenta y durante la década del cincuenta.

Después del golpe militar que derrocó a Perón en 1955, los medios dominantes quisieron transformar al ex Presidente en un dictador despreciable para que la gente lo olvidara. Pero no lo lograron, sino todo lo contrario. El castigo mediático que se le dio a Perón durante su exilio fue parecido al intento de proscribir a la ex presidenta Fernández de Kirchner en la actualidad.

La democratización de medios de comunicación parece un sueño inalcanzable cuando vemos como se ríen de la Ley de Defensa de la Competencia y violan normas antimonopolio (ver ley). Esto ha sucedido recientemente cuando el presidente Macri favoreció al Grupo Clarín en la fusión de Cablevisión con Telecom. Una concentración de medios inaceptable. Algo mucho más grave que la de Cablevisión y Multicanal que Kirchner quiso evitar. El Grupo Perfil ha denominado la nueva operación como «Macri-Magnetto: La verdadera boda del año» (ver ilustración).

Es tema de historiadores y analistas explicar la naturaleza de ese poder del que hablamos al principio. Un poder surgido al abrigo de intereses extranjeros vinculados a la masonería que comenzó a regir los destinos de este país y de otros, durante la segunda mitad del Siglo Diecinueve. Así aparecieron los cipayos locales que se dedicaron a custodiar los intereses de las potencias marítimas. Trajeron progreso y educación, pero le vendieron nuestra dignidad al demonio.

Hay un país real y otro diferente que se muestra en estos medios de comunicación. Son parte principal en la puja de poderes, con intereses e ideología.

Los medios hegemónicos nos integran al mundo interpretando el país siempre desde fuera, extranjerizándonos y degradando nuestras identidades culturales día a día. Hay un país real y otro diferente que se muestra en estos medios de comunicación. Son parte principal en la puja de poderes, con intereses e ideología. Son ellos quienes pretenden llevar la agenda política nacional. Los funcionarios y políticos inexpertos son conducidos a través de un arte mediático que incluye la seducción con espacios atractivos, premios y castigos periodísticos.

La campaña electoral para las Elecciones Legislativas del 22 de octubre es golpe por golpe. Desde el lado hegemónico, el culebrón montado para descalificar a la ex Presidenta continúa, y el blindaje mediático del gobierno también. Los más serios hablan de la decadencia final de Cristina Kirchner, analizando el país desde el solcito de las mesas de Libertador y Tagle. Pero desde el barro bonaerense las cosas se ven muy diferentes.

La decadencia periodística nos llega de la mano de Jorge Lanata y su show televisivo. Lanata quiere que la Sra. de Kirchner termine presa (ver show).

El codiciado reportaje a la ex Presidenta finalmente se produjo. Fue realizado por el medio Infobae conducido por Daniel Hadad, que vuelve al ruedo marcando diferencias con los hegemónicos. Una entrevista seria a cargo del periodista Luis Novaresio (ver entrevista).

Como contrapartida al hegemonismo, el periodista Víctor Hugo Morales hace gala de su dicción y buen uso del lenguaje, con munición gruesa. Aprovecha su programa televisivo para vender el libro «Papel Prensa. El grupo de tareas» dedicado a ventilar la conducta mafiosa de Clarín y sus relaciones con el diario La Nación y la Dictadura Militar (ver video).

En el mismo canal, el periodista Roberto Navarro nos revela las actividades de «El socio del Presidente» (3/2017). Un informe censurado que desnuda la corrupción entre Mauricio Macri y Nicolás Caputo (ver informe, 1ª Parte), y que le ha costado al periodista emblemático de C5N su alejamiento por presiones del Gobierno (ver informe completo).

Por si esto fuera poco, en 3/2017 el empresario Nicolás Caputo fue designado Cónsul General de Singapur. Un cargo honorífico con privilegios diplomáticos donde se confunden los negocios del Estado y las actividades privadas de la camarilla del Presidente.

No menos escandaloso es el otro Caputo. Nos referimos al ministro de finanzas Luis Caputo, primo de Nicolás, que ha sido descubierto en operaciones financieras utilizando el dinero de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) en el fondo de inversión AXIS, del cual fue director y presidente hasta 2015, y donde trabajan familiares y amigos. Caputo está acusado por el delito de negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública.

El ministro Luis Caputo también fue denunciado junto a Mauricio Macri y el jefe de gabinete Marcos Peña Braun, por endeudar al país con bonos a 100 años de vencimiento. Una decisión financiera que debió contar con la aprobación del Congreso.

¿A que «cambio profundo» se refiere la gobernadora María Eugenia Vidal cuando le pide a los ciudadanos que voten a Cambiemos, sentada al lado de Jorge Macri? (15/9/2017) (ver video).

Perfeccionando los métodos de corrupción prebendaria no se sale de ella. Cuando los proveedores del Estado y sus agentes están de los dos lados del mostrador, lo único que logramos es la aceptación de la trampa como medio de vida. El famoso «arte del acuerdo» que pregonan algunos funcionarios, no es otra cosa que untar a todas las partes involucradas para la consecución de objetivos. Obras son negocios.

Estas son las enseñanzas que nos va dejando el empresario italiano Franco Macri desde que empezó a amasar fortuna en aquellos tiempos en que los oscuros funcionarios de facto no podían ser controlados.

Hemos visto sus enseñanzas en la gestión porteña del intendente Carlos Grosso, ex directivo del Grupo Socma y muy cercano a la familia Macri, quien terminó preso en el escándalo de 1992. Las vemos en su hijo valiéndose de su amigo de la infancia Nicky Caputo, que creó una cadena de empresas y sociedades para ser proveedor privilegiado del Estado. Si indagamos la gestión lanusina del intendente Néstor Grindetti, otro pollo de los Macri ex directivo de sus empresas, seguramente encontraremos cosas parecidas.

Entrar a la política es un negoción. Pero salir de la corrupción es subir un escalón que dignifica a los seres humanos. Corrupción argentina: «Mal de muchos, consuelo de tontos». Sabio refrán que el periodista Novaresio vuelve a poner de moda. MGB 24/9/2017.

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Foto. Gigantografía electoral emplazada en Comodoro Rivadavia (ruta 3 y 39) (2/2017).

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