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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Prosur o el futuro de la integración regional

El Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur) es un nuevo organismo internacional fundado en Santiago de Chile el 22/3/2019 para renovar y fortalecer la integración sudamericana

BUENOS AIRES.- ‘Sur, paredón y después’, dice el tango argentino. Mientras se hable de América del Sur o de Sudamérica, está todo bien. Se respeta el ideal unionista de nuestros emancipadores. Pero fundamentalmente se respeta la denominación geográfica inclusiva de todas las identidades culturales de esta parte del mundo.

Hace un año, después de un periodo de errores y desaciertos, comenzó una nueva etapa de integración regional. El Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur) es un nuevo organismo internacional fundado en Santiago de Chile el 22/3/2019 para renovar y fortalecer el proceso de integración sudamericana (leer declaración).

Se fundó con el respaldo de los gobiernos de Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Perú, Ecuador, Paraguay y Guyana. Uruguay, Bolivia y Surinam, por ahora participan en calidad de observadores.

Venezuela quedó temporalmente excluida del PROSUR por que el régimen de Nicolás Maduro no cumple con el Punto Nº 5 de la Declaración que establece como requisito esencial para participar en el espacio «la plena vigencia de la democracia, de los respectivos órdenes constitucionales, el respeto del principio de separación de los Poderes del Estado, y la promoción, protección, respeto y garantía de los derechos humanos y las libertades fundamentales…» (22/3/2019)

PROSUR no nació para destruir el legado de la Unasur creada en 2008 sino para aprovechar su experiencia y corregir errores. El ex presidente Rafael Correa recientemente condenado por corrupción a ocho años de cárcel en Ecuador es uno de los principales responsables del fracaso de la Unasur.

Junto al venezolano Hugo Chávez y otros, tomaron las riendas del proceso de integración regional actuando en forma sectaria y prepotente. Nunca buscaron el consenso de la oposición en sus respectivos países. Dividieron ideológicamente nuestro proyecto que es un anhelo histórico de todas las fuerzas políticas.

No respetaron la Declaración de Cuzco del 8/12/2004 y la Declaración de Ayacucho firmada en Pampa de la Quinua el 9/12/2004 que habían dado origen a la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN) (ver foto) de acuerdo al Comunicado de Brasilia (2000) y el Consenso de Guayaquil sobre integración, seguridad e infraestructura para el desarrollo (2002).

Hoy asistimos al desmantelamiento de la Unasur que ha quedado en el olvido en forma paralela a los escándalos de corrupción que involucran a decenas de funcionarios de los gobiernos que impulsaron dicha organización.

En 9/2019 la Asamblea Nacional de Ecuador denunció su Tratado Constitutivo aprobando la salida oficial del país. También Bolivia decidió alejarse de la Unasur y de la alianza bolivariana ALBA, al igual que el nuevo gobierno de Uruguay. Los demás países ya lo habían hecho con anterioridad.

El edificio de la Secretaria General en Quito fue abandonado y el monumento del ex presidente argentino Néstor Kirchner que había en ese lugar fue removido.

Nueva etapa de integración regional

Establecido el nuevo PROSUR, leímos algunas críticas en los medios de comunicación cuyos argumentos es necesario comentar.

En resumen, las más notorias dicen que el nuevo organismo es una ‘estrategia divisionista de Washington’ (Cecilia Vergara Mattei – Nodal, 26/3/2019) y otros que se trata de ‘un nuevo mecanismo para no integrar Latinoamérica’ (Juan C. Herrera, The New York Times, 9/4/2019), adjudicando la iniciativa solamente a los políticos neoliberales de la región.

Integrar Sudamérica no divide a la región como expresa el colombiano Juan Camilo Herrera Díaz, investigador del Max Planck Institute de Alemania. Este señor se olvida que América Latina es una región inventada posteriormente para engrandecer a Francia y para que los sudamericanos no existan como poder soberano, desvirtuando los ideales de la emancipación americana. Latinoamérica es un concepto racial excluyente y motivo de un sinfín de discordias.

Con respecto al texto de la chilena Vergara Mattei del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE – Chile) publicado en el portal del activista Pedro Brieger es necesario apuntar que los sudamericanos no queremos una región en conflicto permanente con los Estados Unidos. Siempre hemos compartido valores democráticos y puntos de coincidencia política a lo largo de nuestra historia.

A pesar de las diferencias culturales, étnicas y lingüísticas, somos americanos del sur. Compartimos ideales comenzando por los que dieron origen a nuestras independencias desde el año 1776. Inclusive el federalismo argentino que es nuestra expresión histórica más potente de identidad nacional, tiene su origen en las ideas de Alexander Hamilton, John Jay y James Madison, expresadas en The Federalist (1787/88).

Manuel Dorrego (Bs. Aires, 1787 – Navarro, Pcia. Bs. As., 1828) y Manuel Moreno (Bs. Aires, 1782 – íd, 1857), fundadores del Partido Federal en Argentina tomaron esas ideas que consolidaron en los Estados Unidos durante su destierro después que fueron expulsados por el director supremo Juan Martín de Pueyrredón.

En 1846 desde Estados Unidos se alentaba a la Confederación Argentina que buscaba volver a unir las viejas provincias del Virreinato del Río de la Plata contra las injerencias divisionistas de Francia e Inglaterra. En EE.UU. se decía: «Rosas es el Jackson del sur» (1).

Los presidentes firmantes del PROSUR han demostrado tener una coherencia y conciencia histórica mucho más consistente que los del Grupo de Puebla. En su mayoría vinculados a la izquierda progresista que todavía insiste con los principios napoleónicos de integración.

A los pocos meses de la Declaración de Santiago de Chile (22/3/2019), desde Cuba y Venezuela se pergeñó un violento plan de desestabilización regional coincidente con las elecciones generales de varios países. Un movimiento orquestado por Nicolás Maduro y el castrismo cubano.

Intento fallido que fue acompañado ideológicamente por el Grupo de Puebla, fundado por el chileno Marco Enríquez-Ominami en 7/2019. Desde los medios de comunicación, Enríquez Ominami y otros estimularon levantamientos populares en varios países de acuerdo con Maduro, Correa y otros. Han intentado derrocar al presidente Sebastián Piñera por todos los medios posibles.

Entiéndase que los mexicanos de la ciudad de Puebla no tienen ninguna responsabilidad en los sucesos ocurridos. Pero sí la tiene Marco Enriquez-Ominami, alias MEO. Este personaje se instaló en Argentina buscando la protección del kirchnerismo con el objetivo de burlar la justicia de su país. Enríquez-Ominami está siendo juzgado en Chile por corrupción en el Caso OAS y el Caso SQM.

En los últimos meses se ha desempeñado como asesor de Alberto Fernández generando una serie de conflictos internos dentro del peronismo que están perjudicando la gestión del presidente argentino. Desde nuestro país MEO intenta proyectarse políticamente después de sus fracasos para llegar a la presidencia del país trasandino.

En materia de integración regional, Enriquez-Ominami y otros que piensan como él, no terminan de entender que nuestra integración no se planifica desde la ciudad de París.

México, los países de América Central y el Caribe hispanohablante, pertenecen a otra región geopolítica con una realidad económica diferente. Estamos integrados naturalmente con ellos a través de la lengua española y lazos afectivos. Pertenecemos al espacio de la Iberofonía además de formar parte de la Comunidad Iberoamericana de Naciones (CIN) dentro de un marco de concertación y cooperación multilateral.

La integración después del Covid-19

La pandemia del Covid-19 no es borrón y cuenta nueva. El modelo de corrupción y clientelismo político descubierto por la Operación Lava Jato, los casos Petrobras, Odebrecht, OAS, y otros vinculados, que les permitió prolongar su poder a varios lideres de la región a través de testaferros políticos y cuentas secretas, debe continuar siendo foco de atención judicial, política y periodística, para que nuestra integración regional no vuelva a fracasar.

El actual confinamiento impuesto por la pandemia resulta propicio no sólo para cuidar nuestra salud y escuchar a Edmundo Rivero cantando ‘Sur’, uno de los iconos de la cultura rioplatense (ver video). Sino también para reflexionar volviendo a leer el libro del ex presidente Eduardo Duhalde: «Comunidad Sudamericana, logros y desafíos de la integración» (Planeta, 2006) (ver libro) que no ha perdido vigencia al día de hoy.

El Dr. Duhalde fue uno de los últimos políticos sudamericanos que estudió y comprendió nuestra integración regional desde una perspectiva autóctona.

Asumido el gobierno por el presidente electo Néstor Kirchner el 25/5/2003, Eduardo Duhalde fue designado titular de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur. Fue en esos días cuando el estudioso Duhalde escribió su libro y se proyectó como uno de los líderes más capacitados en la materia.

En ese mismo gobierno el joven Alberto Fernández, actual Presidente de la Nación, se desempeñaba como Jefe de Gabinete de Ministros, y Felipe Solá, nuestro ministro de Relaciones Exteriores, era el Gobernador de la provincia de Buenos Aires. Después se perdió el rumbo de nuestra integración regional.

Los países de la región deben concentrarse en dinamizar el MERCOSUR y retomar el rumbo establecido en las declaraciones de Cuzco y Ayacucho. El actual gobierno argentino debe adherir al PROSUR dejando de lado diferencias ideológicas, buscando la continuidad del proceso de integración.

Argentina se ha beneficiado durante las últimas décadas vendiendo cómodamente parte de su producción en el inmenso Brasil y ahora no quiere acompañarlo a pelear mercados externos fundamentales para nuestro socio mayor. El gobierno de Alberto Fernandez se ha retirado de las mesas de negociación externas del MERCOSUR, poniendo en riesgo treinta años de sociedad comercial.

Nuestro país debe acompañar los intereses de Brasil sin complejos de inferioridad para estar en mejor posición de negociar en conjunto la reducción del Arancel Externo Común (AEC) que lo protege de las importaciones extra bloque.

Salvo Mauricio Macri que fue derrotado en las elecciones del 27/10/2019, todos los presidentes que firmaron el PROSUR continúan en sus funciones, además de los observadores que adhirieron posteriormente.

Ahora trabajan en conjunto definiendo medidas para enfrentar la pandemia: Compra de insumos médicos, repatriación de afectados y gestión de créditos para la recuperación económica de la región (ver video, ATB Digital, Bolivia).

Las próximas cumbres del MERCOSUR y PROSUR estaban planificadas para 7/2020 en Paraguay, si el Covid-19 lo permite.

Argentina es el único Estado sudamericano que está adhiriendo a través de su presidente al polémico Grupo de Puebla, un claro factor de desestabilización política regional.

Que no se piense que estamos pidiendo paredón, como dice Rivero en el tango, para los corruptos de América del Sur. Lo único que queremos es que se cumpla la Ley y se castigue a los políticos que no saben vivir sin hacer trampa. MGB 29/4/2020

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(1) Opinión de Caleb Cushing (5/1846). Político, jurisconsulto, diplomático y congresista por Massachusetts que llegó a ser Fiscal General durante la presidencia de Franklin Pierce (1853–57).

Foto. Representantes de los países sudamericanos firmantes del Prosur durante la Declaración de Santiago de Chile el 22/3/2019.

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