«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Por qué Pablo Iglesias no va a El Hormiguero

Estuvo el otro día Albert Rivera en el programa de Jesús Calleja, que es ese señor rubito que sube montañas y visita países exóticos. Participaron en un rally; Calleja hacía de Carlos Sainz y el líder de Ciudadanos de Luis Moya. Y se lo pasaron teta. Dos o tres meses antes había estado Pedro Sánchez escalando el Peñón de Ifach. También han pasado ambos por El Hormiguero, ese programa de Antena 3, de éxito inexplicable, que dirige Pablo Motos. Por allí pasa toda celebrity que se precie, todo el que es alguien en España, o quiere serlo. No es el caso de Pablo Iglesias, al que no se le conoce intervención pública ajena a la política. Una vez, es cierto, se dejó fotografiar echando una pachanga con los colegas; vestía, eso sí, los colores de la II República.

Iglesias rechaza cuantas invitaciones le llegan por parte de programas frívolos. El país y él no están para coñas. Ni para subirse a un coche de rally vestido de piloto. Eso, los ricos. Él está a otra cosa. Está a lo grave. A los parias de la Tierra. A las cunetas del treintaiséis. Él ha llegado para combatir a la casta, y esos programas ligeros no ayudan. Están, de hecho, más próximos de los opresores que de los oprimidos. Narcotizan a las masas. Como el fútbol. Como las fiestas populares. Como los grandes espectáculos, que además de generar enormes gastos, buscan alienar al obrero, llevarle a un estado de amnesia colectiva donde se le puede seguir explotando sin revueltas ni disturbios incómodos.

En el momento de escribir estas letras, la portada del diario Público contaba, por ejemplo, con siete noticias de la Guerra Civil Española; muchas más hacían alusión a asuntos graves o dramáticos. Lo peor de la realidad. Un relato agonístico que, como el de Iglesias, tiene por frívolo e inaceptable todo cuanto implique diversión, placer o entretenimiento. El medio de Ignacio Escolar ha optado, directamente, por evitar la crónica social e incluso los Deportes. Para Eldiario.es no existe el Real Madrid. Y no existirá mientras haya un corrupto del pepé o una fosa por abrir.

La izquierda radical, mediática o política, precisa del relato dramático para sostenerse. La subversión precisa de una visión trágica de la realidad. Nadie hace la Revolución en un lugar feliz. Nadie asalta los cielos por el día y se sienta con Trancas y Barrancas por la noche.

TEMAS |
.
Fondo newsletter