«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

España se rompe

¿Tendrán valor para rectificar el camino los mismos insensatos que nos metieron en este zarzal? Hace sólo seis años, cuando en la tele discutías con algún zapaterista, cada vez que denunciabas que España se estaba rompiendo no cosechabas sino sonrisitas de suficiencia y miraditas perdonavidas. A mí me han dicho cosas del tipo “Bah, España no se rompe” o incluso “España se ha roto muchas veces y no pasa nada”. Eso cuando no te llamaban “franquista”, que es el caca-culo-pedo-pis de la infantil izquierda española. Lo realmente preocupante llegó cuando en las filas del propio PP se multiplicaron los gestos de aprensión ante cualquier cosa que sonara a patriotismo, no fuera a ser “que eso nos quite votos”. Ahora tenemos consumado el desafío separatista en Cataluña, tal y como vaticinamos todos los que nos opusimos a la reforma del Estatut; tenemos claramente deteriorado el problema vasco, tal y como denunciamos todos los que nos opusimos a la negociación con ETA, y tenemos acelerada la presión en Galicia, tal y como siempre hemos denunciado todos los que desde hace treinta años venimos pidiendo una fuerza centrípeta que se oponga a la fuerza centrífuga y desintegradora de los separatismos. Y aún peor, porque en lugares como la propia Galicia, Andalucía o el antiguo Reino de Valencia tenemos dinámicas centrífugas cuyo motor no es ya la reivindicación identitaria, sino el hambre de poder de los caciquismos locales. ¿España no se rompe? Entre todos la mataron y ella sola se murió. Desde que la Constitución de 1978 abrió el camino a una organización territorial perpetuamente abierta, y desde que el sistema de poder –Corona incluida- aceptó tácitamente a los separatistas como únicos interlocutores válidos en sus respectivos territorios, este desenlace era inevitable. Ahora, ¿tendrán valor para rectificar el camino los mismos insensatos que nos metieron en este zarzal? Rajoy habla de diálogo y Constitución. O sea, lo de siempre. Pero además, querido Mariano, en política hay una cosa que se llama “decisión”. De responsabilidad histórica ya ni hablamos, ¿verdad?

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