«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La poza del PP

En la misma semana que Rajoy ha sido citado por la Audiencia Nacional, para acudir como testigo en lo que será el primer caso en España en que un Presidente de Gobierno tenga que acudir a un tribunal por una cuestión de corrupción, ha sido detenido un ex Presidente de la Comunidad de Madrid por asuntos de la misma índole.

Basta revisar la prensa de cualquier día para darse cuenta de que, amén de los casos infumables andaluces de los ERE y de la formación, tanto Catalunya, como Valencia y ahora Madrid, están hechas unos zorros. Sin olvidarme de la presunción de inocencia, y a falta de condenas firmes, la actuación de un sinfín de juzgados y la publicación de pruebas y más pruebas, hacen que, salvando el honor de las personas individuales hasta ser o no condenadas, el colectivo político en muchos lares de España huela, sin duda, a podrido.

Ahora, el PP de Madrid está en la cúspide mediática. El que fuera la mano derecha de Esperanza Aguirre, Ignacio González, es detenido por presunto desvío de fondos del Canal de Isabel II a su bolsillo. En simultaneo, su mano izquierda, Francisco Granados, lleva tiempo en la trena, en espera de juicio por corrupción. A la par, bastantes alcaldes y algún que otro Consejero de los gobiernos Aguirre, están encausados en procesos de esta calaña. ¿No pasa nada en el PP de Madrid, por no hablar del de España?

A la limón, con estas detenciones, se han citado a declarar a los Señores Casals, Presidente de La Razón, y Francisco Maruhenda, director del citado periódico, por estar investigados sobre supuestas coacciones a la actual Presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, para que no denunciara irregularidades en el Canal.

Hace tiempo Esperanza Aguirre, la lideresa entonces del PP de Madrid, habló de que entre tanto nombramiento que había realizado, en su ya más que larga vida política, le habían salido dos ranas. Pasado cierto tiempo, los batracios son muchos más y el PP de Madrid de su época, sabe a poza maloliente.

No entiendo nada. Visto lo visto en el PP y la intranquilidad sobre lo que nos queda por ver. ¿No sería necesario desinfectar a fondo, de cabeza a pies, y refundar un partido limpio de centro derecha? ¿Alguien me lo explica?

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