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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Crítica de ‘Passengers’: Naufragio entre las estrellas

Chico conoce a chica, ambos atrapados en una nave espacial a la deriva. Passengers reproduce la historia de siempre con un toque galáctico y dos de las estrellas más importantes del Hollywood actual, Jennifer Lawrence y Chris Pratt. El reparto estelar es lo mejor de una película que, a pesar de su gran potencial para embarcarse en una aventura dramática y reflexiva, elige el discurso del humor y la ligereza aspirando sólo a ser prometedora en envoltorio pero vacía en contenido. Morten Tyldum (el hombre detrás de la nominada al Oscar The Imitation Game, 2015) busca un Titanic en el espacio y acaba colisionando con un guión hueco, alejado de un romance trascendental y con un tono que parece fuera de lugar teniendo en cuenta el negro destino que esperaría a dos personas condenadas a la soledad eterna.

La ciencia ficción ha demostrado ser un terreno cinematográfico propenso a acoger los más profundos sentimientos y las reflexiones filosóficas más primarias y a la vez complejas del ser humano. Lo vimos, en distintas formas, en películas como Gravity (Alfonso Cuarón, 2013), Interstellar (Christopher Nolan, 2014) y más recientemente en La Llegada (Denis Villeneuve). Passengers, quizás para diferenciarse de tan alto listón, se mueve entre la ciencia ficción, la aventura y el romance de cuento con la historia de dos pasajeros que se despiertan de un estado de hibernación 80 años antes de llegar a su nuevo hogar en un planeta lejano. Su misión, además de acostumbrarse a los clásicos líos amorosos, será descubrir por qué son los únicos pasajeros despiertos en la nave y poner remedio a los fallos que amenazan con destruirla.

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Passengers parte de premisas interesantes: la moralidad de hacer el bien aún cuando supone una condena personal, la soledad en el espacio o la conciencia de la muerte. También, por qué no, las razones que motivarían a alguien a abandonar su hogar para embarcarse en un viaje interestelar. Y así comienza, con un inicio prometedor que equilibra el tono entre la ligereza y el drama y con unos efectos visuales completamente satisfactorios, hasta lentamente perder el rumbo. Las trampas del guión se vuelven evidentes, sus frases cada vez más fáciles y los personajes, en principio prometedores, pierden el alma en una transformada comedia romántica. Sólo permanecen constantemente sobresalientes los mágicos efectos visuales de la cinta aunque ello, ni la presencia de Jennifer Lawrence y Chris Pratt, sea suficiente para hacer de Passengers un viaje satisfactorio.

Puntuación: 2,5/5

 

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