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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Confesión al piano

Hugh Laurie, el conocido Doctor House, se libera de la máscara de la actuación, y de la bata blanca, para mostrarse desnudo con el blues de su segundo LP, Didn’t It Rain

Hugh Laurie se libera de las máscaras. Luego de una exitosa carrera inglesa como actor, el mundo lo conoció con bastón y mal humor en la piel del Dr. House, lo que le reportó ganancias insólitas y un récord Guinness como el actor de TV mejor pagado. Pero los aplausos y el oro, dice, no le producen el placer “sensual” de hacer música, una actividad que para él es quedarse expuesto, desnudo. Por eso vuelve a rescatar el blues, ahora con ribetes de jazz y hasta tango, en su segundo disco: Didn’t It Rain.

A sus 52 años comenzó una nueva vida, y ahora la profundiza haciéndose más negro, más sureño, más radical. Todo ello a pesar de su tez blanca, sajona, sus ojos azules y su incipiente calvicie. Publicó su debut en 2011, Let Them Talk, con el que recorrió escenarios, enfrentándose a sus miedos y ahora dominándolos en un disco mejor, más completo, más arriesgado, aunque no es un salto al vacío (instrumentalmente pudiera tener momentos de mayor riesgo).

Este es un LP con rostro de mujer, más romántico que el anterior, “porque para mí la música es especialmente femenina. Su origen está en las madres cuando cantaban a sus hijos y nuestro recuerdo de ser arrullados”, confesó a El País. Al escucharlo, el arrullo lo pone Gaby Moreno y de Jean McClain en canciones donde Laurie prefiere dedicarse más al piano y a la guitarra que a la voz.

Te recomendamos “The St. Louis Blues”, grandiosa, cambiante a partir del recuerdo de “Summertime” y con un clarinete reivindicador. En “Kiss Of Fire” se mezclan voces, idiomas, estéticas y emociones. “Didn’t It Rain” destaca y “Changes” cierra el listado con su sentido de clausura, de funeral en Nueva Orleans y de resurrección.

Hugh Laurie factura un segundo disco logrado, imponente, con el que busca hacer olvidar al doctor y presentar al músico. Descúbrelo, saboréalo, con su aroma a whisky áspero de bar de carretera sureña de Estados Unidos, a pesar de su firma europea, de Oxford.

 

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