«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El abuso emocional, la prueba invisible de los hombres maltratados

Muchas veces, el mejor aliado de una mujer maltratadora suele ser el propio Estado. La asimetría judicial entre hombres y mujeres favorece las situaciones de desprotección.

No todo abuso es físico. Muchas veces el maltratador no necesita poner una mano encima de su víctima. Es el caso del abuso emocional. Que se centra en potenciar los sentimientos de culpabilidad y soledad en el caso de las mujeres, y que en los hombres disfruta de muchas más y potentes armas.
El abuso emocional, fue aceptado como variante del maltrato psicológico en 2007; pero no fue hasta 2012 que fue un concepto usado en la defensa de las mujeres maltratadas.
El caso de los hombres maltratado y víctimas de abuso masculino es mucho más complejo. Por un lado, no solo son los sentimientos de culpabilidad y soledad los que esgrime contra ellos la maltratadora, sino que debemos sumarle el sentimiento de vergüenza.
No solo por la situación que está viviendo, sino porque esa situación está mucho menos socialmente aceptada y reconocida que el maltrato femenino (y que aún así le queda mucho por recorrer). Lo cual supone para los hombres víctimas de abuso masculino una barrera mucho más alta para saltar.
Sin embargo, nuestro sistema judicial parece empeñado en ponérselo todavía más difícil para los hombres maltratados. Así, por ejemplo, el hecho de que el abuso masculino sea catalogado solo como abuso doméstico requiere de una habilidad especial por parte de la defensa para poder esgrimir el abuso emocional como factor agravante. La carga de la prueba se reduce en la mayoría de los casos a sí se le puso la mano encima al hombre o no en manos de una defensa no especializada.
Por eso es importante conocer como está articulado nuestro sistema judicial, no simplemente quejarse en abstracto. En Patón y Asociados, comprendemos a la perfección el plano legal actual y hemos demostrado muchas veces la capacidad para dar una defensa más que solvente pese a todos los palos en la rueda que el Estado español se empeña en ofrecer.
Por Juan Rivera Crespo, de Patón & Asociados
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