«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La soledad judicial, el verdadero drama del hombre maltratado

Existe un derecho de tutela judicial efectiva. Es decir, que todo hombre, mujer o niño (sea cual sea su género) que atienda a un proceso judicial tiene una serie de salvaguardas. A una defensa incluso cuando no pueda pagarse ninguna, a la accesibilidad de jurisprudencia, a la motivación de las sentencias y una larga lista. Siendo, la última, que una persona no puede nunca encontrarse indefensa por deficiencias de nuestro sistema judicial.

Si atendemos a como se desarrolla un caso normal de maltrato masculino, veremos que es exactamente eso lo que sucede con el hombre maltratado. La indefensión. No solo ante el rechazo social, que ya es grave, sino ante el tratamiento ante la justicia. Por ejemplo, pudiéndose, y siendo lo habitual que no se apliquen, medidas cautelares enfocadas en investigar y alejar a la víctima de su maltratador. ¿Por qué? Porque el agravante de violencia de género que se aplica en esos casos, solo puede aplicarse si eres una mujer; en el resto quedas a la libre disposición del juez o jueza que, aunque bien intencionados, cuentan con recursos limitados para cada caso.

Si seguimos adelante, nos encontramos que muchos procesos de maltrato acaban en divorcio. Tiene sentido y así debe ser; años de maltrato no se borran y se deben tomar medidas para alejarse. Pero de nuevo, vemos como existen diferencias. La ley establece un marco muy garantista hacia las mujeres en caso de divorcio, sean o no sean maltratadas. Esto sucede por una tendencia histórica a que la mujer tuviese que abandonar su trabajo y cuidar a los hijos y que, por tanto, no puede desenvolverse con la misma facilidad que el hombre.

¿Pero y en la, sí, minoría, de caso en las que el hombre es el maltratado? Que, ante un delito de violencia doméstica simple y una demanda de divorcio, se aplica esa misma jurisprudencia por defecto. Pudiendo darse el caso que el maltratado tenga que abandonar el domicilio común, abonar la pensión preceptiva y contar con derechos de custodia limitados sobre los hijos.

Y es esa soledad judicial, que desampara al hombre maltratado, la que intentamos atajar desde Patón y Asociados, con una defensa judicial experta y con todo el peso de nuestros años de experiencia.

*Patón & Asociados es un bufete especializado en atención al hombre maltratado. 

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