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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

‘Queremos a Charlie más que a la propia vida. Si él sigue luchando, nosotros también’

El juez Nicholas Francis ha ordenado que un médico independiente mida el cráneo del pequeño Charlie en las próximas 24 horas. Este viernes tomará una decisión.


Los padres del pequeño Charlie Gard han acudido este jueves al Tribunal Supremo para evitar que le retiren el soporte vital y seguir luchando por la vida del niño con un tratamiento experimental en Estados Unidos.
El juez Nicholas Francis, de la División de Familia del Tribunal Superior de Londres, atiende hoy el caso del pequeño que padece el síndrome de agotamiento del ADN mitocondrial. La Corte Suprema de Reino Unido dio a la familia de Charlie una última oportunidad para presentar pruebas de que el tratamiento que solicitan podría funcionar y mejorar la calidad de vida del niño.
La vida de este bebé de 11 meses está ahora en manos de los tribunales. El juez Francis, que en abril se posicionó a favor de desconectar al bebé, deberá decidir si cambia su anterior decisión y autoriza la petición de los padres de que Charlie sea sometido a un nuevo tratamiento.
Según ha informado el diario El Mundo, el juez ha ordenado que un médico independiente mida la cabeza del pequeño Charlie.

¿Cuál es la razón de esta orden?

El hospital Great Ormond Street de Londres defiende que la cabeza de Charlie no crece, por lo que su cerebro está sufriendo un daño irreversible. Sin embargo, los padres del pequeño, apoyados por médicos de Estados Unidos, aseguran que la cabeza de su hijo es dos centímetros más grande de lo que dicen los médicos del hospital en el que se encuentra ingresado.
Debido a esta discusión, el juez ha pedido la intervención de una tercera parte, y le ha dado 24 horas para medir el cráneo de Charlie.

‘Estaré encantado de viajar a Londres’

Tal y como recoge El Daily Mail, el médico estadounidense que se ha ofrecido a tratar a Charlie -puesto que asegura que el pequeño tiene un 50% de posibilidades de mejorar-, ha sido invitado a Londres por el juez.
A través de una conexión de vídeo durante el juicio, el juez ha preguntado al neurólogo que si «estaría dispuesto a viajar a Londres». A lo que el médico estadounidense -que ha preferido mantener su anonimato-, ha respondido: «Si es necesarios sí, me encantaría». Posteriormente ha añadido: «No podemos curar su enfermedad, pero estoy seguro de que podremos mejorar su función cognitiva, pero no sé hasta donde».
Cabe recordar que, entre los médicos que están dispuestos a aplicar un tratamiento experimental para Charlie se encuentran dos estadounidenses, dos italianos de Roma, un británico de Cambridge y dos españoles del hospital Vall d’Hebron, Ramón Martí y Yolanda Cámara.
A través de su portavoz, Alisdair Seton Marsden, los padres han mostrado su esperanza en que el juez falle en favor de la vida de su hijo y dé el permiso para “buscar un tratamiento alternativo con expertos especializados en la enfermedad que afecta a Charlie“.
“Continuamos trabajando contrarreloj para salvar la vida de nuestro bebé, le amamos más que a la propia vida. Si él sigue luchando, nosotros seguiremos luchando”, afirman los padres de Charlie.

‘Charlie está siendo retenido por el Estado británico’

El portavoz de la familia ha denunciado en una entrevista en el programa de televisión estadounidense Fox & Friends que el niño es un “prisionero” del Estado y del Servicio Nacional de Salud.
Según informan medios británicos, Seton-Marsden criticó que no se haya permitido a los padres de Charlie llevar a su hijo a casa ni tampoco a Estados Unidos para recibir un tratamiento. “Así que, literalmente, él está siendo retenido cautivo por el Estado británico y el sistema nacional de salud”, declaró.

La batalla por la vida de Charlie

El inicio de esta batalla judicial se remonta al pasado mes de febrero, cuando el hospital en el que se encuentra Charlie solicitó una declaración de los tribunales nacionales sobre la legalidad de retirar la ventilación artificial y proporcionar al niño cuidados paliativos hasta su muerte. Los tribunales británicos sentenciaron que era legal la retirada del soporte vital a pesar de la oposición de los padres.

Sin embargo, los padres de Charlie, Chris Gard y Connie Yates, han luchado durante meses para tratar de salvar la vida de su bebé y llevar al niño a Estados Unidos para un tratamiento experimental. Cuando los médicos y los jueces les dieron la espalda, difundieron el caso a través de los medios y las redes sociales, consiguiendo gran apoyo popular.
La movilización mundial a favor de la vida de este bebé contó con el apoyo del Papa Francisco y del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Finalmente, el hospital Great Ormond Street en el que se encuentra el niño pidió a los jueces que reconsiderasen su decisión de desconectarle.

Lo que está en juego

Como señala Fernando Paz en La Gaceta, en el caso de Charlie, además de la vida del niño, lo que está en juego es que el Estado pueda ser quien asuma la decisión de retirar la asistencia al bebé, aun en contra de la manifiesta preferencia de los padres. Pese a que Chris Gard y Connie Yates están dispuestos a costear el tratamiento del pequeño, los tribunales les niegan una y otra vez el derecho a intentar salvar su vida. La vida del pequeño Charlie no depende de sus padres, sino de un juez.

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