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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El diagnóstico de un médico estadounidense, la última esperanza de Charlie

Imagen del bebé Charlie Gard, afectado de una grave enfermedad | YOUTUBE

El juez Nicholas Francis invitó a uno de los neurólogos estadounidenses que se ha ofrecido a tratar a Charlie a viajar a la capital inglesa para intentar salvar la vida del pequeño.

Durante la vista del pasado jueves, el juez Nicholas Francis, de la División de Familia del Tribunal Superior de Londres, invitó a uno de los neurólogos estadounidenses que se ha ofrecido a tratar a Charlie a viajar a la capital inglesa para intentar salvar la vida del pequeño.
A través de una conexión de vídeo durante el juicio, el juez preguntó al neurólogo Michio Hirano que si “estaría dispuesto a viajar a Londres”. A lo que el médico estadounidense respondió: “Si es necesario sí, me encantaría”. Posteriormente añadió: “No podemos curar su enfermedad, pero estoy seguro de que podremos mejorar su función cognitiva, pero no sé hasta donde”. Así las cosas, el futuro de Charlie se decidirá el próximo martes 18 de julio.
Tal y como recoge el Daily MailMichio Hirano examinará al bebé enfermo el lunes, y al día siguiente, el martes, se reunirá con el personal médico del hospital Great Ormond Street de Londres para discutir la situación de Charlie. Tras la reunión, el juez Nicholas Francis tomará una decisión.

¡Es nuestro hijo!

Según informa el diario británico, la abogada de los médicos del hospital de Londres sugirió que los padres de Charlie, Connie Yates y Chris Gard, no estuvieran presentes en la reunión que tendrá lugar el próximo martes entre los médicos británicos y el neurólogo Michio Hirano.
Ante esto, el padre del bebé sentenciado por Estrasburgo pidió estar presente al grito de ¡Es nuestro hijo! Los abogados de los padres defienden que conocen la situación de su hijo al igual que el personal médico, por lo que el juez Francis ha aceptado que ambos presencien la reunión.
Asimismo, cabe recordar que el hospital Great Ormond Street de Londres defiende que la cabeza de Charlie no crece, por lo que su cerebro está sufriendo un daño irreversible. Sin embargo, los padres del pequeño, apoyados por médicos de Estados Unidos, aseguran que la cabeza de su hijo es dos centímetros más grande de lo que dicen los médicos del hospital en el que se encuentra ingresado.
Debido a esta discusión, el juez ha pedido la intervención de una tercera parte, y le ha dado 24 horas para medir el cráneo de Charlie.
Entre los médicos que están dispuestos a aplicar un tratamiento experimental para Charlie se encuentran dos estadounidenses, dos italianos de Roma, un británico de Cambridge y dos españoles del hospital Vall d’Hebron, Ramón Martí y Yolanda Cámara.

‘Charlie está siendo retenido por el Estado británico’

El portavoz de la familia ha denunciado en una entrevista en el programa de televisión estadounidense Fox & Friends que el niño es un “prisionero” del Estado y del Servicio Nacional de Salud.
Según informan medios británicos, Seton-Marsden criticó que no se haya permitido a los padres de Charlie llevar a su hijo a casa ni tampoco a Estados Unidos para recibir un tratamiento. “Así que, literalmente, él está siendo retenido cautivo por el Estado británico y el sistema nacional de salud”, declaró.

La batalla por la vida de Charlie

El inicio de esta batalla judicial se remonta al pasado mes de febrero, cuando el hospital en el que se encuentra Charlie solicitó una declaración de los tribunales nacionales sobre la legalidad de retirar la ventilación artificial y proporcionar al niño cuidados paliativos hasta su muerte. Los tribunales británicos sentenciaron que era legal la retirada del soporte vital a pesar de la oposición de los padres.

Sin embargo, los padres de Charlie, Chris Gard y Connie Yates, han luchado durante meses para tratar de salvar la vida de su bebé y llevar al niño a Estados Unidos para un tratamiento experimental. Cuando los médicos y los jueces les dieron la espalda, difundieron el caso a través de los medios y las redes sociales, consiguiendo gran apoyo popular.
La movilización mundial a favor de la vida de este bebé contó con el apoyo del Papa Francisco y del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Finalmente, el hospital Great Ormond Street en el que se encuentra el niño pidió a los jueces que reconsiderasen su decisión de desconectarle.

Lo que está en juego

Como señala Fernando Paz en La Gaceta, en el caso de Charlie, además de la vida del niño, lo que está en juego es que el Estado pueda ser quien asuma la decisión de retirar la asistencia al bebé, aun en contra de la manifiesta preferencia de los padres. Pese a que Chris Gard y Connie Yates están dispuestos a costear el tratamiento del pequeño, los tribunales les niegan una y otra vez el derecho a intentar salvar su vida. La vida del pequeño Charlie no depende de sus padres, sino de un juez.

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