«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Una cervecita después de hacer ejercicio??

La realización de ejercicio, no sólo es necesaria para mantenerse en forma, sino que también es una fuente de bienestar personal como ya hemos comentado en este blog. El deporte, por la contractura muscular que conlleva, pone en marcha mecanismos para evitar un aumento de la temperatura corporal, entre ellos está la vasodilatación cutánea (cuando nos ponemos colorados) y la sudoración. 

Las pérdidas de líquidos en el organismo durante el ejercicio pueden variar, aumentando los requerimientos a mayor duración e intensidad del mismo y del grado de humedad. Ya comentamos también este blog la importancia de una adecuada ingesta de agua, pero con el deporte los requerimientos aumentan y tenemos que rehidratar. 

¿Cuánto? En teoría hay que reponer 1,5 litros por cada Kg de peso perdido durante el ejercicio. 

¿Cómo? La bebida por excelencia es el agua, pero en este post se plantean otras posibilidades.

La cerveza, especialmente fresquita en verano, es una bebida muy buena para alivio de la sed y reposición de electrolitos (sodio, potasio), vitaminas del grupo B y algunos amino ácidos. No debemos olvidar que la diferencia entre el pan y la cerveza es la cantidad de agua (más agua, cerveza; menos agua: pan). La parte negativa es el contenido de alcohol: por una parte ayuda a conseguir una mejor regulación de la temperatura corporal por la vasodilatación que comentaba al inicio, pero por otra no se puede abusar porque puede ser prejudicial. 

Consejo final: se pueden reponer los líquidos con agua abundante y ¡alguna cerveza fresquita! 

Un abrazo! 

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