¿Te has fijado alguna vez en el mecanismo con el que funcionan los castillos hinchables donde saltan y se divierten los niños? Un motor insufla aire a la tela con una presión constante, si fuese menor el castillo no subiría, si fuese mayor podría reventar.
En nuestro cuerpo tenemos una reacción similar donde el corazón empuja la sangre al organismo, y ésta ejerce una presión sobre las arterias que mantiene un equilibrio con la tensión arterial.
Con el tensiómetro producimos una presión sobre los vasos sanguíneos que impide el paso de lasangre; cuando empieza a desincharse, medimos el momento en que comienza a pasar la sangre (presión sistólica o alta) hasta que el flujo se restituye con normalidad (que se conoce como baja o diastólica). Si estas presiones son muy bajas nos quedaremos como el castillo sin flujo: flojos, cansados, sin fuerzas…deshinchados. En cambio con presiones altas podemos llegar a tener cefaleas, hemorragias e incluso un ictus.
¿Cómo cuidar nuestra presión arterial?
En primer lugar se recomienda tomarla al menos una vez cada tres años si los valores son normales (por debajo de 140/90).
En segundo lugar, no tomar sal en exceso. Esto es: ¡¡¡no abusar!!! Como todo, la sal en exceso es un veneno para el organismo que no se ve capaz de regularse con unos niveles elevados de estos elementos. Los alimentos picantes y excitantes como el café también aumentan las cifras de presión arterial, así que se puede tomar, pero como todo: moderación.
