Un grupo de radicales separatistas acudió a la comandancia de la Guardia Civil de Barcelona con bengalas y una pancarta con el lema: «que se vayan».
Los agentes de la Guardia Civil continúan siendo víctimas del hostigamiento público e impune de la izquierda separatista ante la inacción de las instituciones y la pasividad de los Mossos de Esquadra, responsables de garantizar el orden público en Cataluña.
La tarde de este domingo un grupo de radicales violentos de la CUP acudió a la comandancia de la Benemérita de Barcelona con un objetivo claro: provocar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para ponerlos al límite y forzar así su respuesta.
Allí desplegaron una pancarta en la que se podía leer -en catalán- el mismo lema que utiliza la izquierda abertzale: “que se vayan” y, tras increpar a los agentes entre bengalas, dejaron unas maletas en la entrada del edificio. Sin embargo no encontraron respuesta en el Instituto Armado, que una vez más hizo gala de su profesionalidad.
Con paciencia y profesionalidad tratamos a quienes organizan escraches y nos llaman «fuerza de ocupación» en nuestro propio país. pic.twitter.com/r9Udxn6Mqg
— AUGC Guardia Civil (@AUGC_Comunica) 11 de septiembre de 2017
“Con paciencia tratamos a quienes organizan escraches y nos llaman ‘fuerzas de ocupación’ en nuestro propio país”, ha reivindicado la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC). Las organizaciones del Cuerpo mantienen una posición unánime: “No nos vamos a ir”, ha recordado la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC).
Así nos increpaban frente al Cuartel de la @guardiacivil de Travessera de Gràcia (Barcelona)#NoNosVamosAIr
Ánimo compañeros pic.twitter.com/xpkTgcR4CL— AEGC Guardia Civil (@AEGCnacional) 11 de septiembre de 2017
Cabe recordar que, pese a tratarse de una Policía autonómica, la comunidad catalana no desembolsa ni un sólo céntimo para la financiación de los Mossos. Esta corre a cargo del Ministerio del Interior, que transfiere al Gobierno regional catalán 40.000 euros por cada agente en activo. Dinero con el que se pagan sueldos, uniformidades e instalaciones.
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