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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El Patito Feo sufre mobbing, la Cenicienta acoso y 'Bella' maltrato

«¿Es lícito darle a una persona desmayada un beso sin su consentimiento como en La Bella Durmiente?». Estas y otras preguntas se hace la nueva editorial que revisa los clásicos infantiles y que se propone “Despojarlos de estereotipos sexistas”. ¿El resultado? La Ratita Presumida se hace lesbiana, a Pinocho ya no le crece la nariz y el Patito Feo tiene amigos


El diario El País publica un reportaje en el que se refiere al cuento de la Bella y la Bestia como la historia de “un maltratador” que “secuestra” a una joven: “El secuestrador le prohíbe visitar una parte de la vivienda y cuando ella desobedece, él se enfada, pierde el control, le grita y rompe muebles con violencia”.
La pieza se hace eco de una charla en TEDxBarcelona donde Belén Gaudes, fundadora de la colección de cuentos “Érase dos veces”, propuso a los asistentes que hicieran el ejercicio de imaginar a un hombre en el lugar de la Bestia. “¿Qué veis aquí?”, preguntó. “Maltrato».
Gaudes también denuncia la historia de Cenicienta, dado que se trata de un cuento “en el que la belleza es una cualidad imprescindible; que un príncipe puede elegir esposa como si fuera a una zapatería, solamente por el aspecto externo”. Por eso ha decidido reescribir los clásicos infantiles, y para ello ha creado la colección “Érase dos veces”. ¿El objetivo? “Despojarlos de estereotipos sexistas”.
La colección ya ha reescrito 12 clásicos “que dan la oportunidad a los lectores de reflexionar y establecer debates en casa”. La editora se pregunta: “¿Es acaso lícito darle a una persona desmayada un beso sin su consentimiento como en La Bella Durmiente?”.
Además del “sexismo”, los libros tratan el otros aspectos como el acoso escolar (el patito feo es defendido por los compañeros cuando otro alumno le agreden en la escuela), el “respeto a la infancia” (en este Pinocho, la nariz les crece a los adultos) o la homosexualidad (la ratita presumida es lesbiana).

¿Objetivo? Que los libros lleguen a los colegios

Los cuentos políticamente correctos se venden ya en toda Hispanoamérica y en España “cada vez más asociaciones de madres y padres, grupos de mujeres y psicólogos que trabajan con víctimas de maltrato reclaman sus libros”. El objetivo último de Gaudes es que sus libros lleguen a los colegios: “Tienen que estar en muchas casas y colegios. Entrar en ellos para que se puedan trabajar en clase con niños de primaria y secundaria”.
“Es una carrera de fondo para cambiar conciencias. Porque si no se trabaja desde la infancia, todo lo que nos ha pasado como mujeres se va a seguir repitiendo. Porque hay que cambiar los modelos de niños y niñas desde que son pequeños”, asegura Belén Gaudes.

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