Cuatro de los cinco inmigrantes ilegales detenidos por agredir y golpear en la cabeza a dos policías de Nueva York en Times Square fueron arrestados, puestos en libertad sin fianza y luego les dieron billetes de autobús gratis para viajar a California.
Sí, es una locura, más aún en medio de una batalla política intensísima en torno a la frontera sur de Estados Unidos, que ahora enfrenta a la mitad de los estados con el Gobierno federal y que ha permitido la entrada ilegal de un número sin precedentes en la historia.
La misma locura que ha llevado a tres cuartas partes de los demócratas en el Senado a votar contra la deportación de aquellos ilegales que se hagan culpables de defraudar a la Seguridad Social.
Tras la liberación de estos ilegales cuyo salvaje ataque contra los policías puede verse en un vídeo que se ha hecho viral en redes sociales, el indignado público norteamericano ha podido ver la «secuela», otra grabación en la que uno de ellos, Johan Boada, de 22 años, sale sonriente y haciendo un corte de manga a los periodistas que cubrían la noticia.
Cuando se le preguntó si debería ser deportado, la gobernadora de Nueva York, la demócrata Kathy Hochul respondió que es «algo que debería estudiarse», añadiendo: «No están aquí legalmente, definitivamente vale la pena considerarlo”. «Estos son agentes del orden que nunca, bajo ninguna circunstancia, deberían ser sometidos a agresión física. Espero que los jueces y fiscales hagan lo correcto».
El alcalde Eric Adams sugirió que los legisladores deben «reexaminar» las leyes que impiden la deportación. «A aquellos inmigrantes que están aquí porque quieren ser parte del sueño americano les decimos ‘Sí'», dijo Adams. «Pero en cuanto a aquellos que están violando nuestras leyes, necesitamos reexaminar las leyes que no nos permiten deportarlos porque están cometiendo actos violentos. No podemos crear una atmósfera en la que vayamos a traer violencia a nuestra ciudad», afirmó.