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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La incapacidad sueca para controlar las violaciones: ‘Estamos desbordados’

Un periodista sueco, que investigaba una agresión sexual a una menor, se da de bruces con la realidad que vive un país completamente desbordado.

Joakim Lamotte estaba buscando información sobre la violación a una niña de doce años en la ciudad sueca de Stenungsund. El periodista, al que le habían encargado un artículo sobre el tema, decidió llamar a la comisaría de policía. Sin buscarlos, Lamotte se dio de bruces con la situación que vive un país completamente desbordado por la oleada de violaciones.

El periodista pregunta a los agentes sobre la investigación del caso y la respuesta no puede ser más reveladora: «Tenemos un sospechoso, pero aún no lo hemos podido interrogar», aseguran los policías.

«La cantidad de trabajo es tan grande que no podemos hacerlo mejor, resulta muy lamentable», sentencian los agentes ante la incredulidad del terrorista.

Falsedad documental

Un pediatra sueco desmontó en el mes de septiembre del año pasado las cifras que las autoridades ofrecían a diario acerca de la crisis de refugiados. Este hombre, encargado de tratar a alguno de los miles de recién llegados, aseguró haber visto a muchas personas catalogadas como niños que en realidad eran mayores de edad e incluso algunos de ellos superaban los cuarenta años.

“Son muchos los casos de supuestos niños que tienen barba y bigote”, aseguró Josef Milerad, cuyas palabras crearon conmoción en todo el país. Suecia ha acogido durante el último año a 31.000 solicitantes de asilo, unas cifras muy elevadas teniendo en cuenta su población. Sin embargo, sorprendía que el número de menores no acompañados en la Agencia de Inmigración fuera tan elevado.

Milerad aseguró que estas cifras están adulteradas y mostró para ello el caso de varios adultos que trataron de hacerse pasar por niños. Las condiciones para los menores no acompañados son mucho más beneficiosas -es más complicado que sean deportados-, por lo que muchos refugiados tratan de lograr este estatus.

Las pruebas llevadas a cabo por las autoridades suecas para verificar la edad real de los niños eran “ingenuas e insuficientes”. Según aseguró Milerad, es el “momento” de que el Gobierno cree un plan para agilizar y mejorar este proceso que incluya pruebas médicas más fiables. En su lugar de trabajo, este pediatra trató a “muchos refugiados” clasificados como niños cuando “al menos el 40% eran mayores de edad”.

Milerad también denunció la persecución mediática a todos aquellos que se atrevían a cuestionar las políticas migratorias del país. “Propones mayor seguridad y te tachan de xenófobo”, sentenció. “Mucha gente no tiene el valor de hablar, pero somos bastantes los que opinamos igual. Es el momento de poner freno a este atropello”, explicó.

Asaltos en masa en festivales de música

En 2016, con la llegada del verano y los tradicionales festivales de música, las agresiones y abusos a manos de recién llegados se multiplicaron por todo el país. En el Festival de Bravalla, varias jóvenes de apenas quince años denunciaron cómo habían sido «molestadas sexualmente» por chicos extranjeros. Aunque la Policía se negó en un principio a informar acerca del caso, finalmente admitió que se trataba de autores de origen «extranjero».

Unos días ante, en el festival de Putte i Parken de Karlstad, se habían denunciado hasta 32 casos similares cometidos por atacantes «extranjeros». Sin embargo, las presiones de las autoridades silenciaron las agresiones. Algo similar a lo ocurrido con Selin Gören, portavoz del movimiento izquierdista juvenil Solid. Gören fue atacada en enero en Mannheim mientras trabajaba como activista en relación con los refugiados. Sufrió una emboscada en un parque infantil a altas horas de la noche y la forzaron sexualmente.

Acudió directamente a la Policía a denunciar los hechos, pero aseguró que los asaltantes hablaban en alemán. Doce horas más tarde volvió a comisaría para admitir que había mentido y que sus atacantes hablaban en un idioma que era probablemente árabe o farsi. Gören aseguró que su mentira tenía como objetivo evitar la creación de «prejuicios» contra los refugiados.

‘Es mejor que violen los refugiados’

La situación del país se entiende mucho mejor si se valoran las declaraciones de los miembros del Parlamento sueco. La diputada Barbro Sörman aseguró que “era normal que los refugiados tiendan a querer violar a las mujeres porque es algo cultural en sus países”, tras lanzar una velada crítica a los medios de comunicación por informar sobre las violaciones de los refugiados.

La política progresista arremetió contra los hombres suecos y no tuvo reparos en afirmar que «si violan lo hacen por una elección activa». Esgrimió el argumento de que los ciudadanos era criados «en una sociedad que cree en la igualdad de género y debían cumplir por lo tanto con estándares más altos que los inmigrantes”.

Las violaciones en Suecia se han disparado desde mediados de los años 70 y el país ocupa ahora la posición número dos en la lista de violaciones del mundo y es ampliamente conocido como “la capital de la violación de Europa”.

‘Nunca volverá a ser lo que era antes’

La sumisión de las autoridades ante los recién llegados llegó al punto de financiar una campaña para recordar a los ciudadanos del país escandinavo que «nada volverá a ser como antes» y pedirles que encontraran la manera de «convivir» con el creciente número de inmigrantes y refugiados.

El vídeo, que se titulaba ‘El nuevo país’, mostraba las caras sonrientes de diferentes perfiles raciales y étnicos. Una voz decía: «Los nuevos suecos reclamarán su espacio y traerán su cultura, idioma y costumbres y es el momento de verlo como una fuerza positiva».

La organización a cargo del mismo aprovechó una partida estatal para financiar su grabación y muchos ciudadanos denunciaron la «sorprendente» ausencia del perfil físico tradicional sueco y el “blanqueamiento” de los delitos de los refugiados.

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