España y y los otros veintidós países dan luz verde al PESCO para afrontar «metas más ambiciosas en Defensa». Francia y Alemania logran uno de sus principales objetivos en materia comunitaria.
Angela Merkel ha logrado una de sus principales victorias en Europa. La canciller alemana ha visto como uno de sus proyectos estrella –el ejército comunitario– sigue dando pasos firmes después de que España y el resto de países de la Unión Europea firmaran una declaración en la que se comprometen a incrementar su colaboración en Defensa a través de una iniciativa, la llamada Cooperación Estructurada Permanente (PESCO), contemplada en los tratados comunitarios, pero inédita hasta ahora.
Alemania ya inició este proceso para fusionar sus tropas con las de Holanda, quedando una serie de unidades holandesas bajo mando alemán. Pero esto es sólo el principio. La meta consiste en unificar las tropas de todos los países en un mismo Ejército y bajo mando alemán.
Junto con la Unión Fiscal y Bancaria, la creación de un Ejército europeo -no como fuerza adicional, sino como fusión de los ejércitos nacionales, único- es una de las fases esenciales del último esfuerzo de Bruselas para convertir a la UE en un megaestado.
“Estamos absolutamente de acuerdo en que no podemos dividirnos”, afirmó Merkel, que defendió la libertad de movimiento en el espacio sin fronteras Schengen, si bien subrayó que sus Estados miembros deben “aprender a proteger” los límites exteriores, también como medida de protección contra el terrorismo.
‘Es un día histórico’
La PESCO -prevista en los tratados de la UE, pero nunca utilizada hasta ahora- permitirá metas más ambiciosas en Defensa a los países participantes sin verse frenados por la unanimidad necesaria al respecto a nivel de la Unión.
Para la alta representante de la Política Exterior comunitaria, Federica Mogherini, hoy es un «día histórico» en el que la mayor parte de los Estados miembros aceptan una serie de compromisos vinculantes con la política de Defensa europea.
«La carta de notificación está abierta a otros países que quieran unirse», aseguró Mogherini a los únicos cinco miembros que no se sumaron a la iniciativa: el Reino Unido, Dinamarca, Malta, Irlanda y Portugal (estos dos últimos contemplan la posibilidad de adherirse más adelante, según apuntaron sus ministros).
El secretario general aliado, Jens Stoltenberg, quien fue invitado al Consejo, celebró el paso dado por estos países porque «lo que es bueno para la Defensa europea también lo es para la OTAN».
«Tiene el potencial de ayudarnos a incrementar el gasto en Defensa, dotarnos de nuevas capacidades y mejorar el reparto de cargas en la Alianza», indicó.
Por su parte, el ministro británico de Exteriores, Boris Johnson, aseguró que su país, aunque no participa en esta iniciativa (está negociando su salida de la Unión para marzo de 2019), «la apoya».
La dificultad de este programa radicaba en que los participantes tenían que asumir compromisos vinculantes ambiciosos, pero sin crear una política tan restrictiva como para que el resto de Estados miembros no pudiera unirse a ella en el futuro.
Al firmar la PESCO, España asume los compromisos de aumentar los presupuestos de defensa para alcanzar los objetivos acordados, incrementar el gasto de inversión en defensa hasta el 20 % y aumentar los proyectos de capacidades estratégicos colectivos e industriales.
El objetivo de Juncker
Jean-Claude Juncker tiene un plan. El presidente de la Comisión Europea pretende acabar con el procedimiento de ratificación de los acuerdos comerciales de la Unión Europea. Su intención es eliminar uno de los principales requisitos actuales: que los tratados obtengan el visto bueno de los aproximadamente 40 parlamentos, entre nacionales y regionales, de los Estados miembros.
Bruselas busca retirar una soberanía vital a cada Estado bajo el pretexto de la necesaria “agilización” de las negociaciones comerciales. Juncker se mostró muy molesto por los vetos al acuerdo comercial entre la UE y Canadá en octubre del año pasado, cuando el Parlamento de Valonia, una de las tres regiones que conforman Bélgica, estuvo a punto de poner fin al tratado al votar en contra de permitir al Gobierno belga firmar el pacto.
La Comisión Europea espera poner en marcha esta iniciativa y aplicarla a los acuerdos con Austria y Nueva Zelanda. Según Político, ambos tratados podrían encontrarse con la oposición de varios parlamentos nacionales y, de esta manera, el peligro de veto quedaría anulado.
El borrador filtrado de la propuesta, al que ha tenido acceso el citado medio, revela que la gran mayoría de capítulos de los tratados será competencia exclusiva de la UE y, por tanto, estos tendrán que ser sólo ratificados por los representantes de cada Estado miembro en el Consejo Europeo y por la Eurocámara.