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La alegría trascendente

El Barón Sacks (1948-2020) fue el rabino principal de la unión de sinagogas ortodoxas de la Commonwealth, y también un escritor pródigo (con perdón) y de gran impacto. Sus comentarios a las Escrituras trascienden el concreto interés de sus hermanos en la fe, y apelan a cualquiera interesado en la correcta lectura de esos textos esenciales para la cultura occidental.

Su libro Celebrar la vida (Nagrela, 2021) es, en apariencia, más ligero, porque recoge las colaboraciones periodísticas de Lord Sacks; pero de él se podría decir lo contrario del famoso comentario de un académico de Oxford al libro de un colega: «En la superficie es profundo; pero en el fondo es superficial». Aquí, aunque la apariencia sea ligera, el fondo es insondable.

Sacks ni compromete sus principios ni pierde a sus amigos. Defiende lo suyo con una ejemplar mezcla de firmeza y amabilidad

Y eso que se atreve a apostar por el agradecimiento y la alegría de vivir, que siempre han tenido un aire de ingenuidad y fama de ser posturas de gente poco leída y vivida. Sacks no se corta y contraataca: «El papel en blanco y el punto negro pintado en él. ¿Qué veis? Un punto negro. Ocupa menos del 1% del folio en blanco. El solo hecho de que las cosas malas sean noticia es la mejor prueba de la bondad intrínseca de nuestro mundo». Esa es su posición.

El libro también lo es de memorias fragmentarias, que contribuyen, como piezas de un puzle, a configurar su voz. Cuenta: «Mi difunto padre siempre estuvo dispuesto a perder un amigo antes que comprometer sus principios, y mi madre mantuvo los amigos que mi padre perdía». Digno hijo de ambos, aunque eso él no lo dice, Lord Sacks, en este libro, ni compromete sus principios ni pierde a sus amigos. Defiende lo suyo con una ejemplar mezcla de firmeza y amabilidad.

También cree, como Peter Berger, que el humor es «una señal de trascendencia» y que «la risa nos libera: un chiste es una viñeta de la salvación»

Otra herencia más antigua le permite hacerlo así de bien: el jasidismo. Heredero de esos maestros centroeuropeos del judaísmo, tan alegres como ortodoxos, Sacks también cree, como Peter Berger, que el humor es «una señal de trascendencia» y que «la risa nos libera: un chiste es una viñeta de la salvación». Por tanto, los cuenta y casi los canta.

Una pequeña historia le retrata. Unos judíos discuten sobre si hay que hacer la oración sentados o de pie. Acuden con su pleito al rabino, que responde: «¿Sentados? No es esa la tradición». «¿De pie?» «No es esa la tradición». «Pero entonces vamos a seguir discutiendo…» «Sí, ésa es la tradición». En esa tradición polémica y bienhumorada, Lord Sacks se encuentra como pez en el agua, con una visión muy literaria, a lo Isaac Bashevis Singer: «Dios es un escritor y nosotros somos al mismo tiempo los héroes y los lectores». Al leer Celebrar la vida nos invade la vívida sensación de que nos vamos transfigurando de lectores en héroes de nuestra realidad cotidiana. Entre otras sugerencias y frases, yo he escogido éstas:

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La palabra «varón» en hebreo viene de la misma raíz que «memoria».

A veces me pregunto si Dios aparece retratado en la Biblia como un padre… para dotar a la paternidad de dignidad y santidad. [Reflexión realizada en el contexto de explicar que la institución de la paternidad no es natural, como la maternidad, sino cultural y, por tanto, más difícil].

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Gracias a mis padres tengo una historia. Gracias a mis hijos tengo una posteridad.

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William Wordsworth: «Lo que hayamos amado,/ lo amarán los demás, si nosotros les enseñamos cómo».

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Los derechos son la peor forma de solucionar dilemas, pues plantean demandas a los demás. 

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[Su interpretación del susurro de Dios] ¿Que la suya es una voz callada, baja? Sí, porque ése es el sonido que sólo puedes oír si estás escuchando.

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[Sobre la ideología de género] Las futuras generaciones no entenderán cómo nos convencimos a nosotros mismos de que realmente creíamos estas cosas.

Vivimos en uno de esos momentos en que nuestras conciencias son más sabias que nuestra cultura.

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Estás equivocado —dijo el rabino—. Dios sí ha respondido a tus súplicas. Sólo que su respuesta es «no».

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Una cultura basada en los derechos tiende a reducirnos a un estado de dependencia. Pedimos cosas a los demás, asumiendo que son ellos los que tienen el poder. […] Una cultura basada en dar es más sana que otra que se fundamenta en pedir.

Los rezos más sagrados del judaísmo requieren un quórum, definido como un mínimo de diez hombres.

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La tradición judía decía: «Los que la portaban descubrieron que el arca les portaba a ellos».

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[Explica la razón por la que Dios eligió primero una familia, después un pueblo, y le ordenó ser diferente]. Sólo un mundo que reserva un espacio para la diferencia honra la creación de Dios y la creatividad del ser humano.

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El que es religioso defiende mejor la religión de los demás. Si tuviésemos que defender unos tesoros, ¿no se los confiaríamos al que ya tiene un tesoro y sabe defenderlo?

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