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La inteligencia artificial en la escritura, ¿una amenaza real?

La Inteligencia Artificial (IA) está cambiando la forma en que hacemos las cosas y la escritura no es una excepción. Herramientas como ChatGPT (un software adquirido por Microsoft) empiezan a revolucionar la forma en que generamos contenido, pero ¿cuáles son las ventajas y los riesgos de estos programas con relación a la escritura humana?

Por un lado, las herramientas de IA pueden ser extremadamente útiles si tenemos en cuenta que ChatGPT es capaz de generar sugerencias e ideas para historias, corregir errores gramaticales y ortográficos en tiempo real, y ayudar a los escritores a investigar y recopilar información sobre un tema determinado. Además, ChatGPT puede ser utilizado para escribir fragmentos de texto en una variedad de estilos y tonos, lo que puede ser especialmente útil para aquellos que trabajan en proyectos de marketing o publicidad.

Pero, por otro lado, existen riesgos reales de que estas herramientas lleguen a reemplazar la creatividad humana o se utilicen para plagiar. Muchos temen que, a medida que la IA se vuelve cada vez más avanzada, pueda llegar a producir contenido que parezca escrito por seres humanos, lo que podría tener graves consecuencias en multitud de sectores. Además, es fácil que los escritores utilicen la IA para plagiar contenido sin ser descubiertos, lo que puede ser perjudicial tanto para ellos como para la industria en general.

Aunque es cierto que las herramientas como ChatGPT pueden tener un impacto negativo en la escritura humana, también es importante destacar que la IA no puede reemplazar la creatividad humana. La redacción original es algo que solo puede ser producido por seres humanos, y aunque la IA puede ayudar a generar ideas y sugerencias, la ejecución final y la decisión sobre cómo utilizarlas sigue siendo un proceso creativo exclusivamente humano.

Esta idea se refuerza si recordamos que la creatividad a la hora de escribir va más allá de la simple puesta en práctica de técnicas redaccionales, porque incluye la capacidad de pensar fuera de los límites de una base de datos, de tener una perspectiva única y de generar ideas originales.

Tal vez el lector esté recorriendo estas líneas con un cierto escepticismo —que, por supuesto, puede ser sano— pensando que la rebelión de las máquinas está todavía lejos y que el genio creativo no está hoy por hoy amenazado. Tampoco opino que esto sea algo inminente, pero tal vez alguien se lo piense dos veces cuando le revele que todos los párrafos anteriores a este en el presente artículo los ha escrito una herramienta de inteligencia artificial. Sí, ha sido precisa la pluma de un editor humano para evitar repeticiones y, en general, para adecentar un tanto el estilo, pero a fin de cuentas este es el único párrafo completamente original que han leído. En fin, espero que este subterfugio metaescritural les haya hecho reflexionar y, sobre todo, sea suficiente para que mi editor me pague la columna.

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