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Roe contra Wade, al descubierto

El pasado 24 de junio, el Tribunal Supremo de Estados Unidos revocó la sentencia del caso Roe contra Wade, el pleito judicial que desembocó en la legalización del aborto en Estados Unidos. Ahora, acaba de llegar a España una película que narra los entresijos de ese caso, El grito silencioso. El caso Roe v. Wade, estrenada este viernes 23 de septiembre.

Basada en hechos reales, el filme cuenta cómo se llegó a la sentencia que blindó el aborto como un derecho en Estados Unidos durante los últimos cincuenta años. También recorre la trayectoria vital del doctor Bernard Nathanson, conocido en su día como “el rey del aborto”, desde su inicial postura abortista hasta su conversión.

Recorre la trayectoria vital del doctor Bernard Nathanson, conocido en su día como “el rey del aborto”, desde su inicial postura abortista hasta su conversión

La película, producida entre otros por Alveda King (sobrina nieta de Martin Luther King), cuenta la verdad oculta tras el fallo de la Corte Suprema en 1973: datos falsificados, manipulaciones mediáticas o intereses económicos de la multinacional abortista Planned Parenthood. Cathy Allyn, co-directora de la película junto a Nick Loeb, cuenta algunos detalles de la investigación que llevaron a cabo para producir esta película: «Al recabar información para realizarla, nos quedamos boquiabiertos ante las conspiraciones, el dinero en juego, la manipulación de los medios de comunicación y las fuerzas de poder que realmente estaban detrás de esta histórica decisión». En concreto, Allyn habla de reportajes falsos publicados en The New York Times, de compra de líneas argumentales en programas de televisión y películas de éxito, o de hechos y estadísticas «simplemente inventados».

El filme cuenta cómo se llegó a la sentencia que blindó el aborto como un derecho en Estados Unidos durante los últimos cincuenta años

El reparto cuenta con algún rostro conocido, particularmente el de Jon Voight (Cowboy de medianoche, Misión imposible), si bien es cierto que a la película no le sobran recursos. Por otra parte, esta circunstancia no le quita fuerza a algunas escenas donde se describe el procedimiento quirúrgico de un aborto y que agarran al espectador de las solapas. Y es que, cuando hablamos de este asunto, menos es más. Sin ser explícita, la película presenta de frente la tragedia del aborto, el mal intrínseco que esconde, y ese es un argumento más que suficiente para recomendarla.

La película presenta de frente la tragedia del aborto, el mal intrínseco que esconde, y ese es un argumento más que suficiente para recomendarla

Una chapuza jurídica

Ya hemos apuntado a que el filme describe a la perfección el proceso orquestado para la aprobación de Roe contra Wade, pero cabe detenerse a recordar que los males de ese fallo no se limitan al making of, sino a la sentencia misma. Así, cuando el pasado junio se publicó la resolución del Supremo que anulaba Roe contra Wade, el juez Samuel Alito afirmó contundente que esa sentencia fue «escandalosamente equivocada desde el principio» y que «su argumentación fue excepcionalmente débil».

Roe contra Wade dictaminó que el aborto era un «derecho fundamental» que debía ser protegido en todo el país por considerar que estaba amparado en la Décimo Cuarta Enmienda de la Constitución estadounidense, que habla del derecho a la libertad. Sin embargo, en la sentencia de 1973, el Supremo justificó su decisión al amparo del derecho a la privacidad, que, aunque en la jurisprudencia viene derivado del principio de libertad, ni siquiera aparece mencionado en la carta magna. No es de extrañar que Alito expusiera en su escrito, que Roe contra Wade fue «de lo constitucionalmente irrelevante a lo directamente incorrecto».

Además, la sentencia del Supremo de este mes de junio es la más democrática posible, ya que serán los estados, con su voto, quienes en última instancia elijan a los representantes que regularán el aborto, ya sea para restringirlo o para extenderlo. El aborto, por tanto, ha estado protegido federalmente con base a una interpretación muy dudosa de la Constitución. Ahora se ha devuelto su regulación a los estados y, en último término, a los ciudadanos.

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