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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Oleguer pelotazos sí, pero 86 millones de euros, no

Amancio Ortega acaba de comprar Gran Vía, 32,  el antiguo edificio de Prisa, al grupo inmobiliario Drago Capital–Longshore, en el que tenía una participación “irrelevante” Oleguer Pujol Ferrusola, el menor de los hijos de Jordi Pujol. La compra arroja luz sobre algunas cosas. La primera es que a Amancio Ortega, no le importa ser el “casero” de Primark, uno de los principales competidores de Inditex. Segundo, que tampoco le importa heredar como “bicho” (así se llaman los inquilinos que uno hereda de la anterior propiedad en el sector) en este caso la Cadena Ser. Tercero, una pregunta: ¿Le compraría Amancio Ortega un edificio a Drago si tuviera sospechas de que Drago encubre blanqueos de los Pujol en fase  de investigación por la Audiencia Nacional?

“Business is business!”, lo mismo que antes don Amancio le “comió” Torre Picasso a FCC por otros 400 millones, ahora compra a Drago. La venta de Gran Vía, 32, -por unos 370 millones de euros- es una de las mejores noticias que ha recibido Oleguer Pujol en los últimos tiempos. Quizá porque cobre algo por su participación en el negocio; pero -sobre todo- porque permite visualizar que, ni era su negocio “a pachas” con Luis Iglesias, el mayoritario de Drago. En segundo lugar, Drago no es un negocio de “tapadillo” de la mafiosa familia política de Cataluña.

A pesar de la venta, Drago-Longshore sigue siendo el “casero” de buena parte de los inmuebles de  Prisa, pero no del edificio emblemático de lo que fuera el Imperio de Polanco. La verdadera suerte para Oleguer Pujol es que  la venta pone a la vista de todos quien está detrás de Drago y quien está detrás de Longshore, las dos sociedades en cuestión.

Tras la primera (Drago) están: PSP, APG, Phoenix Group y Sun Capital, todas ellas conocidas multinacionales en el sector inmobiliario. Tras Longshore, sociedad propietaria del edificio, está PSP Investments, el fondo de pensiones público de las fuerzas armadas de Canadá, que controla la mitad del capital. El otro 50% es propiedad del fondo de Drago Real Estate Partners, en el que participan compañías como la holandesa APG (el mayor fondo de pensiones europeo); el grupo asegurador británico Phoenix Group (antiguo Pearl Assurance); o la inversora británica Sun Capital Partners. Además de Luis Iglesias (el marido de María Zaplana);  y,  hasta hace unos meses, una pequeña inversión de Oleguer Pujol. Él no lo negó, incluso lo regularizó –declaró un total de 4,5 millones de euros en paraísos- durante la “amnistía fiscal” de Cristóbal Montoro. En el modelo fiscal correspondiente [que hay que leer adecuadamente] declara los fondos en paraísos fiscales de los que es representante: 86 millones de euros. Dice lo que dice, que los representa, no que sean suyos.

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