El programa 30 minuts de la televisión autonómica catalana ha reunido a diferentes voces "del resto del Estado": polítologos, especialistas en Derecho Constitucional y representantes de los partidos que a partir del próximo 20 de diciembre podrían tomar las riendas del país. El objetivo del programa es "navegar entre las posibles respuestas a este reto histórico mayúsculo" que supone el desafío separatista.
En este sentido, Íñigo Errerjón se ha desmarcado del resto de líderes nacionales al defender el llamado "derecho a decidir" sin ambages. Errejón ha advertido que, pese a mostrarse contrario a una delcaración unilateral de independencia, los votos que consiguió Podemos en Cataluña el pasado 27S "no se pueden computar al no". Errejón explica que su partido parte de una "concepción plurinacional de España" según la cual "Cataluña es una nación y tiene derecho a decidir su futuro". Para ello, el secretario de Política de Podemos "trabajará" para que se acabe celebrando un "referéndum vinculante": Podemos se compromete a "empujar" y a "no renegar" de esta "responsabilidad".
Íñigo Errejón concluye su intervención con una construcción léxica idéntica a las de los partidos independentistas y que relativiza la legitimidad de la Constitución: "La ley es la base de la convivencia, pero por encima de la Ley está la democracia".
Por su parte, Ramón Cotarelo, Catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la UNED y otra de las voces reunidas por TV3, glosaba las virtudes que adornan al aún presidente de la Generalidad. Para Cortalero, Mas tiene una “muy notable capacidad política (...) mucha categoría y mucha capacidad". "Mas ha visto que con un gobierno tan incompetente a la par que fanfarrón podía conseguir lo que 128 presidentes de la Generalidad anteriores no habían conseguido: liberar a Cataluña de la vinculación a España". Sobre la reforma del Tribunal Constitucional que ha promovido el PP, el Catedrático dice que está orientada "a meter a Mas en la cárcel. Directamente". Y añade: "Estos creen que la llamada cuestión catalana es un problema de orden público y represión. Represión militar, pero como la vía militar ya no se puede hacer han sustituido a los militares por los jueces". Y acaba su intervención con una apelación a Europa, "garante de que las cosas no se salgan de madre": "La Unión Europea es el baluarte para que esta situación no degenere en un conflicto que no quiere nadie, salvo algunos irredentos de esos que van con el brazo en alto".
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