Uno puede desconfiar de la comida casera que ha consumido desde siempre y, en cambio, aceptar la primera barbaridad que le ponga en el plato un extraño.
De sobra se sabe cómo terminará la obra. Lo que empieza por autorizarse, como el burkini, termina por imponerse, como ocurre hoy con el velo islámico.
Las ideas que predominan en todas partes (y, especialmente, en los países de la Iberosfera) se visten con un ropaje progresista y se encuentran bastante ajadas.
¿El pueblo? ¿Qué es el pueblo? Un concepto abstracto, carente de entidad, de visibilidad, de contabilidad, de atributos, de sustancia, de esencia y de existencia.
Corren tiempos de espiritualismo climático, y son precisamente aquellos que se dicen «de izquierdas» los más ardorosos combatientes del contaminante lema 'sóviets y electricidad'.
Cualquier familia tiene a mano el bien real de su día a día, que, con sus dificultades, es siempre nuevo, maravilloso y embriagante, si sabe verlo.
Como bien, o como nadie mejor, afirmó la secretaria de Estado Madeleine Albright: para entender a la Unión Europea hay que ser un genio o un francés…