A Podemos le da igual el cómo si llega a su qué. Y ese qué no es otro que dinamitar el sistema vigente y destruir lo que conocemos como España.
Se les ve el plumero. Después de apoyar a Alfon y su ‘democrática’ lucha antisistema, a los agresores de Alsasua, a Andrés Bódalo y, ahora, a la CUP y al ala más radical del separatismo catalán, podemos concluir sin miedo a equivocarnos que a Podemos le da igual el cómo si llega a su qué. Y ese qué no es otro que dinamitar el sistema vigente y destruir lo que conocemos como España.
No hemos descubierto la pólvora, lo sabemos, pero no está de más pararnos a reflexionar sobre este destructivo y peligroso plan: este miércoles el líder de Podemos calificaba de “gravísimo y terrible” que se prohíba la cesión de un local del Ayuntamiento de Madrid para la celebración de un acto a favor del separatismo catalán. Poco antes daba vivas a ‘Cataluña libre y soberana’… Claro, Pablo; en tu plan todo vale para desestabilizar social y políticamente España. Hasta ir contra el sistema que te permite cobrar todos los meses un sueldo como representante público. Si algo bueno tiene este órdago separatista es que sirve para retratar -más mal que bien- a todos nuestros actores políticos.
Lagunas, Juncker, lagunas
Les hablábamos ayer también del debate sobre el Estado de la Unión. Hoy describimos las, a nuestro juicio, lagunas de un discurso complaciente y alejado de la cruda realidad. En plena crisis de identidad europea, el presidente de la Comisión reivindica más Europa -ministro de Economía incluido- y más espacio Schengen, el mismo que ha permitido a terroristas islámicos moverse a sus anchas por territorio europeo. Pues no parece buena idea.
La trama rusa
No queremos terminar esta carta sin aportar algo de alegría a una jornada -como todas hasta el 1 de octubre, nos tememos- cargada de repetitiva actualidad catalana. Les contamos, por eso, la última de la trama rusa; una “exclusiva” de Buzzfeed que no se pueden perder. Lean este fragmento del tema que firma Carlos Esteban y léanlo con el interruptor del modo irónico activado: “Rusia preparaba un plan para estrechar relaciones con Estados Unidos tras la victoria de Trump, revela un documento secreto. Estrechar relaciones con Estados Unidos… ¿Cabe mayor infamia? No me extraña que el documento se mantuviera secreto, sabe Dios el escándalo que se hubiera podido montar de saberse en su día que la segunda potencia militar mundial quería llevarse bien con Estados Unidos ‘sólo’ un cuarto de siglo después del fin de la Guerra Fría”. Ay, cómo está el mundo, señores.
Lea más alboradas en este enlace.
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