Lo indecente, lo antiperiodístico, lo totalitario, es decretar que solo puede señalarse en una dirección: que se puede resaltar que es ‘mestiza’ la selección francesa cuando gana pero es inmoral mencionar el origen de los protagonistas cuando se trata de un atentado.
Ya dan ganas de fotocopiar la primera de El País y pegarla por las calles en las paredes como propaganda del Partido. Que estos chicos sean los adalides contra las ‘fake news’ tiene toda la gracia del mundo.
‘Trump arrecia su ataque a la UE y la califica de ‘enemigo’, es el primer tema, y es mentira. O, si lo prefieren, saben cómo va a sonar eso en un titular y juegan con la traducción de ‘foe’, que en la entrevista concedida por el presidente de Estados Unidos tiene claramente la acepción de ‘competidor comercial’. Pero ya no hay espacio para sutilezas; no con Trump.
El segundo tema, al que se le da la foto, es la victoria de la selección francesa en el Mundial, con esta curiosa formulación: ‘La Francia mestiza alza la Copa del Mundo’. Es curiosa por varias razones. La primera, obvia, es el significado implícito de ese ‘mestiza’, aprovechando el fútbol para seguir dando la matraca con su mensaje inmigracionista. La implicación es que ha ganado porque es mestiza, obviamente; si llega a ganar Croacia, dudamos mucho que El País, en el titular de la noticia hubiera hecho notar que su selección es étnicamente homogénea.
Por otra parte, ‘mestizo’ transmite la idea de mezcla más o menos igualitaria, y lo que vimos en la final fue un equipo bastante sólidamente africano, con algún contraste de europeo original.
En tercer lugar, tenemos que preguntarnos qué le hubiera parecido a El País que la selección de Senegal fuera blanca en un 75%. Sospecho que ahí el mismo fenómeno no se le hubiera antojado tan positivo. De hecho, se me ocurre que África tendría razones legítimas para quejarse de que los antiguos colonizadores estén otra vez con su vieja rapiña, y que si antes les privaban de sus materias primas hoy les dejan sin su juventud más brillante. Por último, está ese insidioso doble juego con el que solo se puede ganar.
Entiendo perfectamente a quien se niega a ver ‘colores’ u orígenes étnicos, el que renuncia por completo a hacer de la etnia un factor noticioso en cualquier suceso, aunque me parece igualmente aceptable el informador que lo consigna siempre como haría con cualquier otro rasgo que considere relevante.
Lo indecente, lo antiperiodístico, lo totalitario, es decretar que solo puede señalarse en una dirección, que se puede -y debe- resaltar que es ‘mestiza’ la selección francesa cuando gana, pero es inmoral mencionar el origen nacional de los protagonistas cuando se trata de un atentado, de un ataque, de unas algaradas callejeras como las que sufrieron varias ciudades francesas anoche.
En ABC abren con la foto de Macron, ya ubicua ayer en redes sociales, celebrando en el estadio moscovita la victoria francesa. La acompaña un ‘Vive la France!’ que da vergüenza ajena.
El Mundo abre con ese expediente tan socorrido y tan habitual de un tiempo a esta parte, una encuesta: ‘El 60% de los votantes del PP prefiere a Sáenz de Santamaría’. Honestamente he de reconocer que yo también la prefiero. Nadie puede engañarse -o, por usar un sinónimo, ‘ilusionarse’- con quien lleva tanto tiempo gobernando. Casado sería para muchos una excusa que les permitiría precisamente eso, creer que ‘esta vez es diferente’. Mejor que voten al PP quienes le voten con los ojos muy abiertos, sabiendo que están votando al facilitador y entrañable socio de los socialistas.
La foto va para el equipo de Francia levantando el trofeo.
Y si la primera de El País nos parecía un ‘afiche’, la de La Razón es la patética parodia. Abajo repiten, naturalmente, la ‘fake news’ del día con el ‘Trump señala a Europa como un «enemigo», no vaya nadie a pensar que ellos piensan por su cuenta, líbrenos Dios de la funesta manía de pensar.
La foto, la de Macron, con el añadido servil y soviético del titular: ‘Macromundial’. En la prensa española, el presidente francés seguirá siendo un ídolo cuando en su país alcance las cotas de impopularidad de su predecesor, y va camino. Arriba, ‘El Gobierno no tiene «fórmula jurídica» para sacar a Franco’. Qué polvoriento, qué cansino todo.
