La manipulación plomiza y solemne de El País contra el PP tenían alguna gracia. Pero como Pravda del Politburó sanchista resulta impenetrable.
Me encantaba el verano cuando era solo hijo, cuando era un tiempo de libertad vertiginosa, un periodo de anarquía aparente tutelada de lejos por mis mayores, una aventura con red.
Ahora, ya desde hace tanto del otro lado, lo detesto. Hace calor, la gente se dispersa y la fealdad que el frío contenía y moderaba estalla como una floración monstruosa.
Hoy la foto repetida expone los cuerpos playeros -demos, al menos, gracias por la moda del traje de baño largo y holgado- de dos conocidos políticos catalanes de mediana edad. Fraga en Palomares tenía una buena excusa para hacerse la célebre foto, y aun así no puedo evitar pensar que fue un error. Nadie quiere ver próceres maduros en traje de baño.
Artur Mas y Quim Torra en la primera de El País y El Mundo, en la playa, por ignoro qué causa solidaria. No sé, quizá la democracia sea la política en bañador; tal vez exija, por un bien mayor, esa vulgarización de la imagen. A mí, sencillamente, me han recordado por qué no me gustan la política práctica ni el verano.
Abre El País con un misterioso titular: ‘El recorte de la desigualdad no llega a las rentas bajas’. Entonces, ¿a dónde llega? ¿En qué sentido es ‘recorte de la desigualdad, en ese caso? ¿Ha hecho más iguales a los moderadamente ricos y a los muy ricos?
Debajo de la foto de marras, el segundo titular: ‘Sánchez y Torra exploran los límites del diálogo en Cataluña’. ¡Ah, quÉ nostalgia de cuando los diarios titulaban en primera con cosas que habían pasado, cosas concretas! Una vez más: ¿qué significa ‘explorar los límites del diálogo’? ¿En qué sentido es eso una noticia, y más una noticia de primera, y no un editorial o una columna de opinión? ‘Quim y Pedro, exploradores’. «Buenas, que venía a explorar los límites del diálogo».
Siempre aborrecí la manipulación plomiza y solemne de El País, pero contra el PP tenían alguna gracia. Como Pravda del Politburó sanchista resulta impenetrable.
Esperen, que queda una: ‘La subida de la edad de jubilación hunde la popularidad de Putin’. ¡Albricias, por fin! De que Putin es un déspota sanguinario y mafioso no nos quedaba la menor duda, gracias al consenso de los medios, y por eso era un bochorno inexplicable que un tipo tan desagradable fuera entre los suyos uno de los líderes con mayor apoyo popular durante décadas. Dejaba mal a todo el mundo, sobre todo a los ‘nuestros’.
Ahora su popularidad se ha derrumbado ni más ni menos que 15 puntos -lo que le sitúa aún muy por encima de Macron, por ejemplo- por el tiránico acto de subir la edad de jubilación por primera vez… desde los años 30. Vamos, lo que han hecho todos los países de Europa.
Veamos, ¿a cuánto la sube? ¿70, 80? No, a 63 en las mujeres y a 65 en los varones. Es decir, la edad de jubilación habitual en toda Europa, aunque diarios como El País advierten regularmente que hay que subirla. Te tienes que reír.
Bueno, exploremos los límites del periodismo en otras cabeceras, a ver si hay más suerte.
ABC también abre con foto de dos políticos, pero afortunadamente no están en traje de baño, ni siquiera aparecen de cuerpo entero. Son Santamaría y Casado, que se miran sonrientes, esa sonrisa que en los políticos aborrezco más que cualquier mueca.
‘Soraya acepta a regañadientes el debate que pidió Casado en ABC’. Uno se queda con el nombre que le resulta más fácil recordar, pero sospecho que a ABC le va a caer la del pulpo por señalar a la chica con su nombre de pila y al varón, con su apellido. Si eso no es micromachismo, que venga Dios y lo vea.
En El Mundo entrevistan a Arrimadas y titulan con un entrecomillado: «Sánchez nos ha entregado a los nacionalistas como un botín». Yo diría, mejor, como el precio; es lo que le cuesta el alquiler del Palacio de la Moncloa y, al fin, lo pagan otros.
A la derecha, ‘Podemos y PSOE pactan prorrogar la ‘interinidad’ de RTVE hasta las elecciones’. Más pago.
En La Razón abren con lo de la cueva tailandesa, un suceso emocionante pero que no me da para mis amargos comentarios. Abajo, en un cuerpo de letra más grande que el primer titular, ‘Agenda de Torra con Sánchez: el papel del Rey y Franco’. De rabiosa actualidad, todo. Si esos eran los límites del diálogos, no había mucho que explorar.
