La tragedia de muertes y destrucción provocada por la erupción del Anak Krakatoa y el consiguiente tsunami en Indonesia han tenido como usual reverbero en mis cabeceras ofrecer un espacio a la realidad. La naturaleza es, al menos, honesta en su brutalidad y resulta difícil politizarla de primeras.
Por lo demás, casi todo es condicional o desiderativo o futurible en la prensa de hoy. El País es el único diario que abre hoy con algo real, comprobable, que ha pasado. O, mejor, que no se ha dejado que pase: ‘PP y Cs utilizan la Mesa del Congreso para frenar 37 leyes’. Ignoro cuánta ley nos ha colado Sánchez con sus 84 diputados, pero la idea de que solo las que la oposición ha logrado parar sean 37 pone los pelos de punta ante tal furor legislativo.
Debajo empieza la fantasía: ‘La ‘república digital’ catalana solo logra el 5% de los apoyos que preveía’. Se trata de un proyecto del prófugo de Bruselas: montar una plataforma en la que se apunten los ciudadanos de la ‘república’ de fantasía, esa que, en las inmortales palabras del anónimo policía barcelonés, «no existeix, idiota». De hecho, a mes y medio de lanzada la iniciativa, solo 50.000 se han apuntado a este remedo de Sildavia.
Lo que podría ser, lo que quizá fuera, comienza con el primer titular de El Mundo: ‘El miedo a quedar fuera de las listas acalla las críticas en el PSOE’. Y, sí, es de todo punto probable, casi seguro, pero no deja de ser una certeza moral que no es fácil que los interesados confirmen, que todo el mundo sabe que están en política meramente por vocación de servicio y son gente de sólidos principios.
A la derecha, ‘Cs y PP pactan un hachazo al 50% de la administración paralela de Andalucía’. Lo que pacten estos, si mantienen el ‘cordón sanitario’ en torno a Vox y Vox se la devuelve, es repartirse la piel de un oso que, en puridad, aún no han cazado, pero aún me sorprende más el contenido del pacto, que podría titularse mejor así: ‘Cs y PP pactan dejar intacta la mitad de la administración ‘paralela’ de Andalucía’.
Pablo pensativo y cabizbajo en su escaño abre ABC, acompañando al titular: ‘Contradicciones y peleas aceleran el declive de Podemos’, que es noticia, aunque no de ayer, y tiene no poco de vela puesta al santo. De Podemos ya dijimos en su día que era un pronto, un rebote, un partido de primer impulso al que le vino todo de repente con viento de cola. La exaltación masiva puede llevar muy lejos, pero tiene que funcionar muy deprisa porque muy deprisa se desinfla.
Y lo último en ‘wishful thinking’, la primera de La Razón: ‘El soberanismo perdería la mayoría un año después’. Ojalá hubiera podido traerle del futuro -nuestro presente- casi cualquier portada de La Razón a aquel primer director que tuve, que insistía en que un periodista jamás titula en condicional.
