¿Recuerdan el titular de ayer en El País, ‘May consigue que su gabinete acepte el preacuerdo del Brexit’? Bueno, pues solo 24 horas después abren con este otro: ‘May resiste la rebelión en su Gobierno y apela al Parlamento’. No sé, quizá ayer se precipitaron un poco.
Uno recuerda a esos partes de guerra -de ambos bandos- en los que un día decían que la ciudad X había rechazado el asalto de los enemigos, y al siguiente que X había sido recuperada por nuestras valientes tropas. Uno de los titulares no tenía pinta de ser muy cierto.
A May le han dimitido en un día cuatro ministros por su desastroso pacto, que deja a Gran Bretaña casi como Estado vasallo de la Unión Europea sin pinchar ni cortar en las decisiones. Doña Theresa le está sirviendo en bandeja al laborista Jeremy Corbyn el ejecutivo en las próximas elecciones.
Pero si hay que vestir a la mona, se la viste, y es lo que ha hecho El Mundo, poniendo a mal tiempo la mejor de las caras: ‘May salva su Brexit sin ceder en la soberanía de Gibraltar’. Naturalmente, naturalmente: por torpe e ineficaz que sea May, lo que tiene enfrente en este asunto es a Pedrito que, si Londres negocia medianamente bien, le cede hasta San Roque.
ABC saca a May saliendo del 10 de Downing Street con una sonrisa más falsa que un euro de madera y un titular que se acerca un poco más a lo que está pasando en Londres: ‘May intenta salvar su acuerdo y su cargo’.
Y La Razón entra en pánico: ‘May y su Brexit en el abismo’. Naturalmente, el ‘abismo’ al que los de Marhuenda se refieren y el que pueda tener yo en mente son bastante distintos, igual que creo deshonesto llamar ‘Brexit’ a la rendición que ha firmado la primera ministra frente a Bruselas.
