Será que me hago mayor, pero el panorama político actual en España se me antoja insólitamente bronco y a cara de perro, nada del ‘contraste de pareceres’ que se suponía debía ser el debate democrático.
Empiezo leyendo en El País que ‘El ‘procés’ ahuyenta al alto funcionariado del Estado’. Por lo visto, el 40% de los técnicos de Hacienda de allí quieren escapar de Cataluña. En el País Vasco hubo un enorme éxodo de amenazados, pero al menos las amenazas venían de una banda terrorista y perseguida, no del propio estamento oficial de la comunidad.
Esa es la gran culpa de este Gobierno y, en buena medida, de todos los que han pasado por la Moncloa, esta cobardía, este abandono de su propia gente en una región que, se supone, sigue siendo parte del territorio nacional.
Parece como si el Gobierno quisiera eso, esa deserción de sus leales, que cambien las tornas demográficas en Cataluña y eso le dé una excusa para iniciar la rendición.
En la foto, Maduro parece a punto de persignarse. ‘Maduro se reelige en una farsa sin rivales’. Justo encima, ‘Sombrío aniversario en el PSOE’, donde se cuenta que, a un año de la elección de Sánchez como secretario general, el partido que más tiempo ha gobernado en democracia ve con alarma las encuestas de intención de voto. Unan las dos informaciones, recuerden quién ha ido de la mano con el dictador bolivariano como ‘garante’ de esa farsa, y tendrán parte de la explicación de los malos datos del PSOE.
Ese es el error de las primarias o, si se prefiere, el punto débil que se debe tomar en cuenta: la militancia rara vez coincide con los votantes. El votante medio de un partido es siempre más moderado, menos ideológico, que el militante medio.
En ABC entrevistan a la juez Mercedes Alaya y titular en portada con una de sus declaraciones: «Claro que sufrí presiones de Susana Díaz». Claro. Si el propio ministro de Justicia puede condenar una sentencia e incluso achacar problemas personales inespecíficos a un juez en un asunto que ni siquiera le afecta, ¿cuánto más habría de hacerlo una presidente autonómica que debe su cargo a dos imputados?
En El Mundo, ‘Gobierno, Cs y PSOE, listos para endurecer el 155 si Torra no rectifica’. Bueno, lo creeré cuando lo vea, con su permiso.
Debajo, una llorosa Marta Sánchez con la bandera de fondo y el titular: ‘Rivera enarbola la bandera del «nuevo patriotismo». Bien llamado ‘nuevo’, porque no tiene nada que ver con el de siempre. Aunque «extraño» patriotismo o «patriotismo a la contra» o «patriotismo por defecto» es como lo llamaría yo, en un hombre cuya ilusión confesa es que sus hijos se digan «ciudadanos de los Estados Unidos de Europa».
El PP es probablemente el partido que más daño ha hecho a la unidad de España, seguido muy de cerca por el PSOE. Podemos aborrece todo lo que huele a España, y Ciudadanos solo aspira a diluir España en Europa. Y eso es lo que el procesismo tiene enfrente. ¿Se entiende ahora?
Luego está esto: ‘La consulta del chalé amenaza con «dinamitar» Podemos’. Los de morado son un divertido alivio cómico en el panorama de la información política española, pero da cierta vergüenza que esa ‘trouppe’ de revolucionarios de serie infantil tenga algún escaño en un parlamento nacional.
El asunto del chalé y este ‘referéndum’ es de meterse debajo de la mesa por el apuro. Lo define perfectamente un tuitero, @Pintanauta: «Unidos Podemos es el partido más ridículo, ñoño, infantiloide e intrascendente de la historia de la política de España».
La Razón, cuya cercanía -eufemismo- al PP nos inclina a interpretarlo como portavoza oficioso del Gobierno, ofrece un preocupante primer titular: ‘Torra prescindirá de Turull y Rull para levantar el 155’. Vamos, que el PP va a hacerles la cama a sus aliados -no digamos a sus votantes- una vez más.
